La denuncia no es menos que alarmante en España, segundo país con más víctimas mortales del coronavirus en todo el mundo, superando este jueves los 4.000. Y es que esta semana justamente se había anunciado el cierre de un contrato de 432 millones de euros con China para adquirir el material sanitario con la esperanza de que ayudara a mitigar el impacto del brote.

“No detectan los casos positivos como era de esperar”, dijo a El País una fuente de los laboratorios de microbiología de algunos hospitales españoles que recibieron ya algunos de los tests, cuya efectividad debería haber sido mayor al 80 %, pero que terminó siendo de solo 30 %. “Con ese valor no tiene sentido usar estas pruebas”, lamentan.

La crítica situación en numerosos hospitales españoles, donde la falta acuciante de material de protección, así como de respiradores y de equipos para hacer más diagnósticos, obligaba a las autoridades a buscar soluciones.

Una de las medidas para frenar la propagación descontrolada del virus en ese país era acelerar los diagnósticos de entre 15.000 y 20.000 diarios a al menos 50.000. La técnica actual toma unas 4 horas para definir si hay infección, mientras que las traídas de China deberían dar resultados en unos 15 minutos, según el diario español.

En Colombia, este jueves se anunció que el Invima está en proceso de avalar unas 350.000 pruebas rápidas, aunque de momento se desconoce su procedencia.

Examen de coronavirus a un paciente

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Aunque El País señala que se desconoce cuántas de las pruebas adquiridas en España pertenecen a un fabricante en específico que envió el material defectuoso, ya hay quien descarta que se deban seguir usando todas ellas, pues una tasa de efectividad tan baja obligaría a que de todas formas hubiera que realizar un segundo test para comprobar el contagio.

Según la AFP, los malos resultados “obligaron a devolver los lotes”, por lo que el orden de detección se mantendría tal como venía.