Incluso, bogotanos del común se preguntaban por qué no usaron helicópteros con bolsas de agua, como los que se emplean en la capital colombiana para apagar incendios en los cerros, con agua recogida del lago del Parque Simón Bolívar, más aun cuando al lado de la catedral de Notre Dame se encuentra el río Sena.

La razón del cuerpo de bomberos y sus más de 400 hombres que atendieron la conflagración, reporta El País de España, es que “el remedio hubiera sido pero que la enfermedad”, es decir, que optar por esa opción habría generado una catástrofe peor.

“Lanzar agua por avión en este tipo de edificio podría provocar el colapso de toda la estructura”, decía un trino de la Dirección de Seguridad Civil de París citado por la revista Semana.

Notre Dame

Artículo relacionado

Incendio de Notre Dame y daños a otras iglesias, ¿vandalismo anticristiano?

La explicación es que rociar agua desde el aire hubiera puesto peso adicional a la estructura que podría haberla hecho colapsar, según el experto en historia y restauración arquitectónica Javier Ribera, entrevistado por El País: “Es preferible dejar arder la madera y la pizarra de Notre Dame que rociar los nervios (las vigas estructurales de una bóveda) con agua, porque la piedra absorbe la humedad, aumenta el peso y podría desplomarse todo el conjunto”.