Hace unos días un nutrido grupo de científicos de 28 instituciones de 12 países publicó un estudio en el que demuestran que los esfuerzos de conservación han fracasado, lo que llevaría a que, para 2100, el 65 % de los animales terrestres y de las aves marinas asociadas a la tierra, verán su población disminuida de gran manera.

(Lea también: Ocelote albino hallado en Colombia, que emocionó a muchos, tiene inquietos a científicos)

Sin embargo, el pingüino emperador, una especie de ave endémica de la Antártida, sería el animal más vulnerable de aquí a finales de siglo. Dos de cada tres especies de aves autóctonas de esta región del mundo, comparten un riesgo similar al que corre el emblemático pingüino.

“Se calcula que hasta el 80 % de las colonias de pingüinos emperador estarán casi extintas en 2100, con un descenso de la población de más del 90 %, si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando como hasta ahora”, arrojan los modelos de los científicos en su estudio publicado en la revista ‘Plos One’.

Los científicos determinaron que el cambio climático es la principal amenaza para la biodiversidad antártica. Al respecto, Jasmine Lee, autora principal del estudio e investigadora de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Queensland, aseguró “hay múltiples amenazas que afectan a las especies antárticas, a pesar de que pensamos que se trata de una zona remota y virgen. La mayor amenaza no viene de dentro”.

(Lea también: Alce dejó tremendo regalo a familia en Alaska, pero salió corriendo y asustado)

Sin embargo, los autores también resaltaron que minimizar el impacto de las actividades humanas en la región, así como mejorar la planificación y gestión de nuevos proyectos de infraestructura en la región, puede contribuir a minimizar las amenazas que sí se producen al interior de la Antártida.

Lee También

Pero, advierten los investigadores, si se quiere proteger hasta al 84% de los animales de la Antártida, se deben aplicar a cabalidad 10 estrategias claves en la gestión de amenazas, como la declaración de nuevas áreas protegidas e influir en la política mundial para limitar eficazmente el calentamiento global. Esta serie de acciones tienen un costo estimado de 23 millones de dólares al año, concluye el estudio.