Y es que fue el propio presidente el que se dio cuenta de la ‘gracia’ del animal, y su gesto de alarma fue copiado por los 3 funcionarios con los que estaba reunido. “Me preguntaba qué era ese ruido”, dijo el ministro Brune Poirson, que estaba hablando justo cuando el perro orinaba en la antigua chimenea, ubicada en una elegante sala del palacio presidencial.

Julien Denormandie, otro ministro y viejo ayudante de Macron se preguntó si eso ocurría seguido, con lo produjo la risa de los presentes. El mandatario replicó: “Ustedes han despertado un comportamiento totalmente inusual en mi perro”.

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The Guardian recuerda que los perros, en varias ocasiones, han sido un verdadero problema en el Palacio del Elíseo. Tal vez el caso más grave fue el del expresidente Nicolas Sarkozy, cuya mascota mordió las puntas de varios muebles antiquísimos, lo que implicó el pago de una gran suma de dinero para los trabajos de restauración.

Nemo, de 2 años, es un cruce de las razas labrador y grifón, y fue adoptado por Macron y su esposa, Brigitte, en un centro de rescate animal en agosto pasado, agrega The Telegraph. Desde su llegada al palacio presidencial, suele vérsele en varios actos oficiales, muy fiel junto a su amo, como cuando estaba esperando al presidente de Niger, Mahamadou Issoufou:

Macron y el perro
Emmanuel Macron y su perro esperan al presidente de Niger Mahamadou Issoufou / Getty Images

Este es el curioso video de la orinada de Nemo, que hizo que el presidente quedara ‘como un tomate’: