Al hacerlo, se dio cuenta de que muchas aerolíneas australianas no exigían ningún documento especial para que un niño de su edad pudiera viajar solo. Así las cosas, empezó a planear su viaje: compró un tiquete con escala en la ciudad de Perth, engañó a su abuela para que le diera el pasaporte e hizo las maletas, informa El Huffington Post.

Para salir sin sospechas, dijo que se iba al colegio, pero en realidad se fue a una estación de tren rumbo al aeropuerto de Sídney, donde hizo ‘check in’, pasó sin problemas el control de seguridad y luego embarcó, sin que nadie le preguntara por qué viajaba solo.

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La travesura continuó en Bali, donde encontró sin problema el hotel que había reservado y, para sortear cualquier sospecha, dijo que su hermana llegaría después. Cuando los padres del niño se enteraron de que no había ido al colegio, él estaba dándose unas vacaciones envidiables, agrega 20 minutos.

El niño le contó su historia a Channel 9, donde dijo:

“Solo me pidieron mi carné de estudiante y el pasaporte para demostrar que tengo más de 12 años y estoy en secundaria. […] Fue genial porque quería tener una aventura”.

Los familiares del menor llamaron a la policía para reportar su desaparición, pero cuando se enteraron de que estaba en Bali, la mamá, Emma, tomó un avión hasta Indonesia para recogerlo. Por ahora no se sabe si hubo un castigo duro, dice La Vanguardia. A lo mejor temen una venganza todavía peor.