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Con el Mundial 2026 a la vuelta de la esquina, México se alista para recibir a millones de visitantes, pero también para enfrentar un flagelo ya conocido: la trata de personas. Experiencias de torneos anteriores muestran cómo los megaeventos pueden transformar la logística en una cancha de explotación laboral y sexual. France 24 analiza cómo el contexto mexicano -con leyes laxas, alta vulnerabilidad de migrantes y desigualdad estructural- ofrece un terreno fértil para estas redes criminales.
“No es una suposición: habrá un aumento en todos los tipos de explotación de personas”.
Con la certeza de quien lleva 11 años estudiando el tráfico de personas en México, Diana Flores Rojas, directora de la ONG Fin de la Esclavitud, alerta sobre los riesgos que trae la Copa Mundial 2026.
El torneo más grande del fútbol masculino reunirá a millones en México, Estados Unidos y Canadá. En ciudades como Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, la fiesta promete impulsar economías, pero también ofrece a las organizaciones criminales un terreno de juego perfecto para operar.




Por eso, desde Guadalajara, la organización Fin de la Esclavitud impulsa el proyecto “Cero Tolerancia a la Explotación Sexual, Rumbo 2026”. Según Flores, la situación exige actuar sin demora:
“Hoy, ya hay personas fabricando todo lo que se venderá durante la celebración—tazas, banderas, peluches, balones. ¿Quién cose esos balones? Lo mismo con los estadios: ¿Quién está cambiando los rollos de pasto? ¿Son manos adultas?”
Los costos humanos de levantar un Mundial: la experiencia de Qatar 2022
Un reto para las ciudades anfitrionas es la gran demanda de mano de obra. En Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, ya avanzan remodelaciones de estadios, adecuaciones viales, ampliaciones hoteleras y obras en aeropuertos. Escenarios que pueden convertirse en terreno fértil para abusos laborales invisibles.
“En eventos masivos, hemos documentado casos de trabajo forzado, tanto de nacionales como de migrantes. La mayoría son hombres que son enganchados con promesas de empleos maravillosos y, al llegar, descubren una realidad muy distinta“, explica Natalia Espinosa Trujillo, coordinadora del área de trata de personas en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
“Venimos de la experiencia de Qatar, donde hubo explotación laboral para levantar las infraestructuras”, recuerda por su parte Daniela Bocanegra Toledo, secretaria técnica de la mesa de Derechos Humanos GDL26.
El recuerdo aún es fresco: en Qatar 2022, miles de hombres, en su mayoría del sur de Asia, fueron contratados para construir estadios y obras viales, pero terminaron atrapados en un sistema que organismos internacionales describieron como esclavitud moderna.
Jornadas extenuantes bajo temperaturas extremas, sueldos retenidos durante meses, pasaportes confiscados y campamentos miserables marcaron la preparación del torneo.
Varios trabajadores murieron en condiciones relacionadas con el trabajo, aunque la magnitud de la tragedia todavía se disputa.
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Volviendo a México, en marzo, la federación sindical Building and Wood Workers’ International (BWI) denunció que la FIFA bloqueó una inspección laboral en las obras de renovación del Estadio Azteca de la Ciudad de México.
La BWI señaló “opacidad sistémica” y falta de responsabilidad hacia los trabajadores, similar a lo ocurrido en Qatar y Rusia. La FIFA respondió que no gestiona directamente las obras.
Aunque había referencias vagas antes, desde 2016 la FIFA toma en cuenta de forma oficial los temas de Derechos Humanos y desde 2017 empezó a implementarlo en la práctica, con su primera Política de Derechos Humanos y mecanismos de debida diligencia en la elección de sedes de torneos.
Redes criminales listas para jugar su partido
En México ya existe el flagelo de la esclavitud moderna. El reclutamiento de víctimas adopta distintas formas, pero la más común es el engaño mediante ofertas laborales que, al concretarse, resultan en redes de explotación.
France 24 recopiló testimonios de sobrevivientes que revelan un patrón común: las víctimas confiaron en ofertas de trabajo que prometían sueldos atractivos, pensando que podrían ayudar a sus familias como meseras o agentes de seguridad.
En lugar de eso, terminaron atrapadas, aisladas, trabajando sin descanso en campos o casas ajenas, sin teléfono, sin libertad y lejos de cualquier posibilidad de ayuda.
“Los traficantes son expertos en detectar vulnerabilidades; si ven que pediste trabajo en tus redes, ellos te lo ofrecen”, cuenta la cofundadora de Fin de la Esclavitud.
La población migrante es uno de los blancos más vulnerables. En México, las personas en movilidad se han convertido en un negocio para las redes criminales. Muchas son extorsionadas por distintos grupos o forzadas a pagar por cruzar un territorio.
“Los endeudan como si fueran siervos y los mantienen en condición de esclavos”, explica Natalia Espinosa.
El panorama se complica con el nuevo escenario migratorio, advierte la especialista de la UNODC: “Personas que antes buscaban llegar a Estados Unidos probablemente se queden en México, desesperadas por conseguir un empleo. El problema es que no saben que tienen ciertos derechos, ni a dónde acudir para denunciar”.
Y otro grupo de población también está en riesgo. Según un informe de la UNODC, en el mundo, el 38 % de las víctimas de trata son menores de edad, y dentro de este grupo, seis de cada diez son niñas sometidas a explotación sexual.
Natalia Espinosa comparte el testimonio de una niña rescatada en México: “Decía que lo que más le dolía era la indiferencia de la gente. La veían a la salida del metro, con hombres acercándose y se preguntaba: “¿Cómo podían creer que yo, una niña de 10 años, quería eso?”.
“94 niñas, niños y adolescentes víctimas de explotación sexual infantil fueron rescatados en megaeventos deportivos en los últimos 11 años alrededor del mundo”, puntualiza por su parte Diana Flores, al referirse al trabajo de la organización It’s a Penalty.
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La vulnerabilidad se agudiza en los pueblos indígenas y afromexicanos. Su marginación estructural se convierte en el arma que los grupos delictivos utilizan para explotarlas con impunidad.
“En México, hay una cifra negra del 90%: entre 5 y 10% casos apenas se están reportando”, advierte la coordinadora del área de trata de personas de la UNODC.
Cuando la fiesta del fútbol se convierte en mercado de cuerpos
Sin embargo, otro tipo de trata de personas se perfila como una de las mayores amenazas durante el Mundial 2026: la explotación sexual. Un mercado inhumano que, en México, ya encuentra condiciones propicias para multiplicarse.
UNICEF y la Unión Europea, entre otras organizaciones internacionales, han lanzado reiteradas alertas: los Mundiales de fútbol pueden detonar un repunte en la demanda de sexo entre visitantes, abriendo la puerta a la explotación y desplazamiento forzado de miles de mujeres.
“Las visitas a sitios web que ofrecen servicios sexuales aumentan tanto en demanda como en precio”, señala así Diana Flores. La defensora explica que el sexo pagado se convierte en “una forma de celebración: gane o pierda el equipo, ni siquiera importa”.
“No son bienvenidas las personas que vienen a consumir a otras; antes, durante o después del Mundial”, dice Diana Flores Rojas, directora de Fin de la Esclavitud
La UNODC por su parte ha detectado un cambio en el modus operandi de las redes de explotación sexual: “Se están desplazando de bares y centros nocturnos a espacios más discretos, como alojamientos de renta en línea, que apenas comienzan a ser regulados”, explica Natalia Espinosa Trujillo. “Eso hace todavía más complicado medir el fenómeno”.
En México, la explotación sexual se concentra en zonas fronterizas, destinos turísticos y Estados donde confluyen otros delitos de alto impacto -como secuestro, desaparición y lavado de dinero-, es decir, territorios marcados por la circulación de grandes cantidades de dinero.
Desde Guadalajara, Diana Flores lo resume con crudeza: “A Jalisco se le considera epicentro para la trata de personas: si revisas las condenas, te ríes“.
Y advierte que, para dimensionar el riesgo que representa el Mundial en términos de trata, hay que mirar primero el contexto: “Un país con leyes laxas y huecos legales que permiten que esta tragedia siga reproduciéndose”.
En Quintana Roo, la alerta es aún más explícita. “Cancún es un paraíso para depredadores o turistas que buscan sexo con menores“, lamenta Natalia Espinosa. Allí, el problema se agrava para el Mundial por un factor logístico, pues el aeropuerto de Cancún es el único con vuelos directos a todas las sedes mundialistas en Estados Unidos y Canadá, lo que lo convierte en un nodo estratégico para redes criminales.
México ocupa un doble papel en el circuito de la trata de personas: es tanto país de origen como de destino. “Aquí mismo pueden trasladar a víctimas, pero también traerlas de otros lugares para ofrecer servicios a los turistas”, añade Espinosa.
Hay una preocupación adicional para este Mundial: por la influencia de personas extranjeras, puede que se den casos de adopción ilegales”, apunta Natalia Espinosa Trujillo, coordinadora del área de trata de personas de la UNODC.
Frente a este panorama, la UNODC y Airbnb pusieron en marcha la iniciativa “Viaje Seguro“, orientada a prevenir la trata de personas en eventos deportivos.
El programa ya opera en Quintana Roo y en ciudades sede como Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, con capacitaciones a anfitriones de Airbnb, mesas de trabajo con hoteles, bares y empresas de transporte, y la creación de protocolos de detección.
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El reto es enorme: muchas víctimas muestran un profundo deterioro tras años de abuso. El daño trasciende lo físico: afecta la salud mental, la confianza y hasta habilidades básicas como leer o escribir. Incluso quienes logran escapar suelen enfrentar revictimización por parte de las instituciones.
El mensaje tanto de la UNODC como de Fin de la Esclavitud es claro: la prevención también depende de la sociedad.
Ante el Mundial 2026, hacen un llamado a denunciar cualquier situación sospechosa porque el torneo puede convertirse en un espacio de celebración y dignidad, o en un escenario de explotación silenciada.
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