Elizabeth Malone, mamá de tres hijos del condado de Fairfax, se declaró culpable de abuso infantil este miércoles. Sin embargo, negó que su intención fuera hacerle daño a su hijo, publica la cadena de televisión NBC.

Malone se había mudado recientemente de Texas al condado de Fairfax, Virginia, junto a su hijo discapacitado de 5 años, quien no puede hablar. Aunque no estaba de acuerdo con el tratamiento que le hacían en el Hospital Inova, una vez quedó muy a gusto con la respuesta de los médicos cuando al menor se le vino la sangre, explica el medio estadounidense.

Por eso, en varias oportunidades le inyectó su propia sangre para que los médicos tuvieran la misma respuesta con su hijo. Lo seguía haciendo a pesar de que esto le generaba infecciones y fuertes fiebres. En abril de 2018, una enfermera se percató de que Malone escondía una jeringa en la manga de su camisa y encontró una servilleta con sangre en el baño, detalla NBC.

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Ante las sospechas de la enfermera, quien informó a sus superiores, instalaron una cámara escondida en la habitación del niño y ahí se dieron cuenta de que su mamá inyectaba la sangre directamente en tubo traqueal y la línea central que estaban conectados al menor, indica el mismo medio.

La policía la capturó luego de que les mostraron el video, pero Malone lo negó en un primer momento. Sin embargo, lo aceptó y rompió en llanto cuando se vio perdida, cuando le dijeron que la había grabado, señala NBC.

Desde que Elizabeth Malone ha estado en la cárcel, la condición de su hijo ha mejorado dramáticamente, y ahora está asistiendo a la escuela, dijo la fiscalía, citada por la cadena de EE. UU.