“Decidimos, después de detener al presidente, quien actualmente está con nosotros (…) suprimir la Constitución en vigor, disolver las instituciones; y también al gobierno, así como el cierre de fronteras terrestres y aéreas”, señaló uno de los golpistas en una declaración que circuló en redes sociales.

Denunciando el “desbarajuste” gubernamental, el jefe de las fuerzas especiales, teniente-coronel Mamady Dumbuya, envuelto en la bandera guineana, reiteró luego esta declaración ante la televisión nacional poco después de las 2:00, interrumpiendo su programación habitual.

Los golpistas, de quienes provenían estas imágenes, transmitieron un video del presidente Condé bajo arresto. Le preguntan si ha sido maltratado y Alpha Condé, vestido con jeans y camisa, sentado en un sofá, se niega a responder.

Por su parte, el ministerio de Defensa señaló en un comunicado que “los insurgentes [habían] sembrado el miedo” en Conakry antes de tomar el control del palacio presidencial, pero que “la guardia presidencial, apoyada por fuerzas de defensa y seguridad, leales y republicanas, frenaron la amenaza y repelieron al grupo atacante”.

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Aún así, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó “firmemente” el domingo el aparente golpe de Estado en Guinea y llamó a los oficiales que afirman haber tomado el poder y disuelto el gobierno a liberar al presidente del país.

“Condeno firmemente toda toma del poder (en Guinea) por la fuerza del fusil y pido la liberación inmediata del presidente Alpha Condé”, dijo Guterres en un tuit.

Disparos de soldados en Guinea

El domingo resonaron tiroteos con armas automáticas pesadas en el barrio de Kalum, centro neurálgico de Conakry, donde tienen sede la presidencia, las instituciones y oficinas empresariales en este país de África del oeste, que atraviesa desde hace meses una grave crisis económica y política.

“Vi una columna de vehículos militares a bordo de los cuales soldados muy excitados disparaban al aire y coreaban consignas castrenses”, indicó a la AFP un vecino del barrio de Tombo, cercano al centro.

“Los soldados estaban todos encapuchados” y se dirigían hacia Kalum, dijo bajo condición del anonimato.

Un diplomático occidental había dicho a la AFP que “no tenía la menor duda” en cuanto a que se estaba produciendo un intento de golpe, liderado por las fuerzas especiales de Guinea. Según éste, la unidad de élite ocupó al menos temporalmente el palacio presidencial.

Las tensiones serían fruto de la destitución, intento de arresto o marginación del comandante de estas fuerzas especiales, una unidad con más medios que otras, que probablemente haya despertado envidias, según el diplomático occidental, quien se expresó bajo condición del anonimato.

¿Qué pasa en Guinea?

Desde hace meses, este país de África occidental, de los más pobres del mundo pese a sus considerables recursos minerales e hídricos, vive una profunda crisis política y económica, agravada por la pandemia de COVID-19.

La candidatura de Condé para un tercer mandato, el 18 de octubre de 2020, provocó meses de tensiones, con decenas de muertos en un país habituado a sangrientos enfrentamientos políticos. La elección estuvo precedida y seguida por la detención de decenas de opositores.

Condé, de 83 años, fue finalmente proclamado presidente para un tercer mandato el 7 de noviembre, pese a los llamados de su principal adversario, Cellu Dalein Diallo, y otros tres candidatos que denunciaron irregularidades de todo tipo.

Defensores de los derechos humanos denuncian una deriva autoritaria en los últimos años de presidencia de Condé y cuestionan los logros del principio.

Condé, exopositor histórico, encarcelado y hasta condenado a muerte, se convirtió en 2010 en el primer presidente elegido democráticamente tras décadas de regímenes autoritarios.

Para sus opositores y defensores de la democracia, Condé integra la lista de líderes africanos que permanecen en el poder más allá de lo estipulado, cada vez con más frecuencia y apoyándose en argumentos legales.

En marzo de 2020, a pesar de las disputas, adoptó una nueva Constitución para “modernizar las instituciones”, y brindar mayores espacios a mujeres y jóvenes. La oposición denunció un “golpe” constitucional, y sus protestas son duramente reprimidas.