Mujer, hispana, homosexual, veterana del Ejército y progresista, estos serán los argumentos con los que Valdez aspirará a liderar Texas, uno de los estados más conservadores del país, luego de las elecciones generales de otoño.

Valdez se impuso a su compañero de partido Andrew White con un 52,5 % de los votos frente al 47,5 % del empresario de Houston (Texas).

En el conteo total de votos, la exsheriff del condado de Dallas obtuvo 207.320 papeletas, por las 187.531 de White, con el 88,87 % escrutado.

Valdez había ganado en la primera vuelta de marzo con un 42,8 % (unos 400.000 votos), casi 20 puntos más que White, por lo que su victoria este miércoles parecía un trámite.

Sin embargo, una inestable campaña de Valdez durante este periodo entre votaciones hizo que la contienda estuviera más reñida de lo esperado con una importante bajada de la participación.

En especial, la controversia llegó en un debate a principios de mayo en el que una activista latina le recriminó a Valdez su ambigüedad en materia migratoria, ya que la joven reclamó que “su legado” debía ser el apoyo a políticas a favor de los inmigrantes.

El artículo continúa abajo

Su rival en las elecciones de noviembre será el actual gobernador de Texas, Greg Abbott, que en las primarias de marzo ganó sin discusión en primera vuelta con más de 1,3 millones de votos, un 90,4 %.

En el inicio de su campaña hace una semana, a pesar de desconocer el nombre oficial del candidato demócrata, Abbott criticó en un video a Lupe Valdez, a quien calificó como “un error para Texas” e indirectamente insinuó que uno de sus problemas es su condición sexual.

Texas es el segundo estado más poblado del país, detrás de California, con más de 28 millones de habitantes, de los que unos 15 estaban llamados a las urnas.

El próximo 6 de noviembre, coincidiendo con las legislativas en Estados Unidos, tendrán lugar las elecciones para elegir al gobernador, vicegobernador, escaños legislativos y judiciales en el estado de la estrella solitaria.