La joven, de 28 años de edad, se ha convertido en el símbolo de la dolorosa lucha contra la pandemia del coronavirus en el país centroamericano, donde más de 400 personas han fallecido debido al brote.

“El mundo está infestado y está lleno de temor. En mi familia han sido cinco muertos en poco tiempo y ha sido muy duro perderlos de esta forma”, manifestó Barrera en una entrevista con AFP.

La tragedia para Raquel comenzó el pasado 28 de mayo, cuando su padre Felix Barrera, de 80 años, falleció por culpa del COVID-19. Dos días después, el brote se llevó a su madre Lucía Barrera.

A pesar de que recibieron atención médica en un centro hospitalario, la mujer señaló en la agencia de noticias que tres de sus hermanos también murieron luego de ser diagnosticados con la enfermedad respiratoria.

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“Cuando comencé a escuchar sobre este virus en el país, jamás pensé que esto nos iba a pasar a nosotros”, contó Raquel, quien no sale del asombro de cómo han tenido que soportar un luto permanente.

La joven, adicionalmente, aseguró que debido a la propagación del coronavirus dentro de su hogar varios miembros de su familia fueron discriminados por algunos vecinos. Asimismo, indicó que las autoridades sanitarias no les han ayudado.

A falta de medicamentos, Barrera manifestó en la AFP que han sobrevivido a la enfermedad respiratoria gracias a remedios caseros. “Con un té de jengibre, limón, manzanilla y cebolla morada, licuada con miel de abejas, nos quitamos el dolor de garganta y pecho“, concluyó.