A nivel mundial, según la OMS, la epidemia de SRAS causó 774 muertos, de los 8.096 casos registrados en 2002-2003, antes de ser controlada.

Al igual que el SRAS, el nuevo virus aparecido en Wuhan se transmite entre las personas y provoca problemas respiratorios graves. Este virus, bautizado 2019-nCoV, y el del SARS (sigla en inglés) pertenecen a la misma familia de coronavirus, y tienen un 80% de similitudes genéticas. Eso sí, el 2019-nCoV es menos “fuerte” y más contagioso.

Hospital en China

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“Por lo que vemos ahora, esta enfermedad no es (…) tan fuerte como el SRAS”, declaró el domingo Gao Fu, jefe del Centro de control y prevención de enfermedades chino.

Por el contrario el nuevo virus tiene un período de incubación de hasta dos semanas y “el contagio es posible durante el período de incubación”, incluso antes de que aparezcan los síntomas, “lo que también es muy diferente del SRAS”, señaló Ma Xiaowei, jefe de la Comisión Nacional de Salud (CNS).

“Tenemos la impresión (…) de que hoy la propagación de este virus es más rápida que la del SRAS, pero que en cambio la mortalidad es considerablemente inferior”, afirmó la ministra de Salud francesa, Agnes Buzyn.

Habitantes de Wuhan, China

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Según la OMS, el SRAS había alcanzado una tasa de mortalidad del 9,5% (en comparación con el 34,5% para la única otra epidemia causada por un coronavirus, el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio o MERS, que apareció en 2012 en la Península Arábiga).

La mortalidad del nuevo coronavirus se sitúa muy por debajo, aunque, según los expertos, los datos son solo indicativos, porque se desconoce el número real de personas infectadas, debido a que los pacientes con pocos síntomas, o ninguno, no han sido detectados.