Por: El Espectador

El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.

Este artículo fue curado por pulzo   Oct 3, 2025 - 2:44 pm
Visitar sitio

La reciente incautación de 21 piezas atribuidas a Salvador Dalí durante su exhibición en Parma, Italia, resalta la persistente problemática de las falsificaciones en el mercado internacional del arte y pone en tela de juicio la eficiencia de los controles institucionales. Las obras, integradas por 18 litografías y tres dibujos, formaban parte de la muestra “Dalí, entre el arte y el mito”, y habían sido cedidas por dos ciudadanos italianos, según lo reveló el tribunal romano que supervisó la investigación. Las dudas crecieron cuando la Fundación Gala-Salvador Dalí, encargada oficialmente de la custodia y authentificación del legado del artista catalán, manifestó fuertes reservas tras analizar el catálogo de la exposición y descubrir irregularidades en varias piezas presentadas, según fuentes oficiales.

El incidente evidenció la necesidad ineludible de que las instituciones públicas y culturales ejerzan verificaciones exhaustivas sobre la autenticidad de las obras que incluyen en sus exposiciones. En este caso, la muestra había recorrido previamente el Museo Histórico de la Infantería del Ejército Italiano, entidad bajo la supervisión del Ministerio de Defensa, sin que se identificaran controles estrictos ni procedimientos claros para certificar la procedencia legítima de las piezas. Según Andrew McClellan, profesor en la Universidad de Texas, el proceso de autentificación debe incluir análisis científicos, revisión documental completa y evaluación por expertos certificados, pasos esenciales que fueron aparentemente omitidos, como subraya también The Guardian.

El debilitamiento o ausencia de protocolos rigurosos en espacios museísticos públicos no es un fenómeno aislado. Un informe de ArtWatch UK advirtió que aproximadamente el 30% de las obras expuestas en muestras temporales carecen de certificados de autenticidad verificables, especialmente cuando son aportadas por coleccionistas privados o intermediarios sin fiscalización estatal. Esta práctica no solo afecta la reputación y confianza en los espacios culturales, sino que también fomenta un mercado paralelo donde las falsificaciones erosionan el patrimonio artístico global, lo que repercute negativamente en coleccionistas, instituciones y en el público general.

Simultáneamente, el entorno global del arte enfrenta el desafío de nuevas falsificaciones sofisticadas. El Informe Art Basel y UBS sobre el mercado del arte 2023 estimó que hasta un 20% de las obras negociadas pueden ser copias o falsificaciones, lo que implica pérdidas millonarias para artistas, galerías y naciones involucradas. Como respuesta, organismos internacionales, entre ellos la UNESCO, han comenzado a impulsar marcos legales más estrictos y sistemas de certificación que garanticen la trazabilidad y autenticidad de las piezas puestas en circulación.

Lee También

En el caso particular de Parma, la fiscalía analiza acusaciones de falsificación y tráfico ilegal de bienes culturales, mientras que el Ministerio de Cultura italiano evalúa la posibilidad de confiscar definitivamente las obras sospechosas. Diego Polio, comandante del cuerpo especializado de Carabinieri, destacó la gravedad del asunto al señalar que la exclusividad de litografías y dibujos en la incautación sugiere una intención deliberada de fraude. La incertidumbre se agrava por la opacidad de la empresa Navigare, encargada de la exposición, que ha evitado declaraciones ante la prensa y las autoridades, lo que dificulta la transparencia y la rápida resolución del caso.

En última instancia, este suceso ha reavivado el debate ético sobre la responsabilidad de intermediarios y organizadores ante la falta de controles exigentes y ha puesto en valor la labor de periodistas de investigación para mantener la presión pública y proteger, a través de una verificación constante y rigurosa, el verdadero valor histórico y cultural de las obras de arte expuestas.

¿Por qué es importante la autenticidad de las obras en el mercado del arte?
La autenticidad es fundamental porque garantiza el valor cultural, histórico y económico de cada obra, especialmente cuando se trata de piezas atribuidas a creadores reconocidos como Salvador Dalí. Su ausencia no solo perjudica la confianza de los coleccionistas y del público en los museos y galerías, sino que también alimenta un mercado clandestino en el que se manipula la percepción del legado artístico. Según los informes citados, la falta de autenticidad facilita el tráfico ilegal y el fraude, afectando seriamente la integridad del patrimonio artístico mundial.

La importancia de la autenticidad cobra más relevancia en exposiciones y ventas internacionales, donde la circulación de falsificaciones puede tener consecuencias legales y financieras de gran escala. Los incidentes como el de la exposición de Parma muestran que, sin mecanismos de control sólidos, los fraudes pueden pasar desapercibidos con consecuencias para las instituciones involucradas y para la credibilidad de los procedimientos curatoriales.

¿Cómo pueden los museos mejorar sus procesos de verificación de obras artísticas?
La mejora en los procesos de verificación comienza por la adopción estricta de protocolos que integran análisis científicos, investigación documental y la consulta permanente a expertos reconocidos. Según señalan especialistas, es preciso que cada obra proveniente de colecciones privadas o intermediarios pase por un proceso de trazabilidad claro antes de ser aceptada para una exposición, involucrando tanto el historial de la pieza como estudios técnicos objetivos.

La supervisión estatal y la colaboración con fundaciones especializadas como la Gala-Salvador Dalí son también piezas clave para detectar irregularidades a tiempo. Fortalecer la rendición de cuentas y la transparencia en la organización de muestras permitirá reducir los riesgos de fraude, aportando garantías tanto a instituciones como a los públicos que acuden a disfrutar y aprender del patrimonio artístico universal.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

* Pulzo.com se escribe con Z

Lee todas las noticias de mundo hoy aquí.