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Hace medio siglo, la apacible comunidad de Plantation, Florida, fue sacudida por la desaparición de Doris y Caren Wurst, madre e hija, quienes fueron vistas por última vez al salir de su hogar en el Sunshine City Trailer Park.
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Este caso, que dejó perplejas a las autoridades estadounidenses y desolada a la familia Wurst, permaneció en la oscuridad durante décadas, sin pistas que arrojaran luz sobre su destino.
La incertidumbre y el dolor marcaron la vida de la familia, quienes nunca perdieron la esperanza de obtener respuestas. Durante 50 años, la comunidad se mantuvo en vilo, esperando un desenlace que pudiera cerrar este capítulo doloroso.
Sin embargo, hace 14 meses, una nueva colaboración ofreció un rayo de esperanza. El grupo Sunshine State Sonar, especializado en la tecnología de sonar para localizar vehículos sumergidos, se unió a la investigación. Este esfuerzo conjunto culminó en el hallazgo de un Chevrolet Impala, un vehículo que había guardado, durante décadas, el secreto de la desaparición de Doris y Caren.
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Michael Sullivan, buceador del equipo, relató conmovido el momento en que, tras sumergirse en las aguas turbias, logró abrir la puerta del Impala. Dentro, encontró un pequeño juguete infantil, un objeto que había resistido el paso del tiempo. «Fue como si la niña nos estuviera diciendo: ‘Estoy aquí, me han encontrado’,» expresó Sullivan, visiblemente afectado por el hallazgo.
El equipo de buceo forense de la Oficina del Sheriff de Broward trabajó meticulosamente para recuperar los restos humanos del vehículo, un proceso complicado por el deterioro que sufrieron los cuerpos durante los 50 años bajo el agua. Además de los restos óseos, se encontraron pertenencias personales que permitieron una identificación preliminar de las víctimas, aunque aún se esperan los resultados oficiales de las pruebas de ADN para confirmar definitivamente sus identidades.
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