La cabeza, recubierta de pelaje y con un aspecto parecido al de un mamut, fue hallada por un habitante el verano pasado en una zona de permafrost cerca de un río en Yakutia (Siberia oriental), según un comunicado.

Entregada a la Academia de Ciencias de Yakutia, paleontólogos rusos y japoneses analizaron la cabeza y establecieron que se trata de una cabeza de lobo del Pleistoceno (Canis dirus) de 32.000 años de antigüedad.

Su dimensión, 41,5 cm de largo, corresponde a la mitad del cuerpo de un lobo actual, que mide entre 66 y 86 cm, precisa el documento.

Esto permitió concluir que el lobo del Pleistoceno era gigantesco“, agrega.

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La cabeza contiene “un cerebro intacto, y todos sus dientes están preservados“, destaca el comunicado, que tilda el hallazgo de “sensacional”.

Los tejidos y el pelaje también están intactos, según la misma fuente.

“Es la primera vez que se hallan restos de un lobo del Pleistoceno con los tejidos preservados”, asegura Albert Protopopov, de la Academia de Ciencias de Yakutia, citado en el comunicado.