“Todo el mundo está furioso” dijo en declaraciones al diario neoyorquino Deonte Higginbotham, uno de los miembros de la familia que habitaba la vivienda devastada por las llamas la pasada Noche Vieja, donde vive con su madre de 70 años.

Higginbotham denunció que ninguno de los 18 bomberos que aparecen en la fotografía hizo nada y exigió que sean despedidos.

Los responsables del servicio contra incendios justificaron la actuación de los trabajadores asegurando que la casa estaba vacía y que cuando llegaron había tantas llamas que no se podía hacer nada.

“El director, situado en el centro de la fotografía, se estaba retirando y pienso que quisieron hacer esto como un recuerdo, aunque desafortunadamente no sea muy profesional”, dijo al Post el vicedirector de los servicios de extinción de incendios de Detroit, Dave Fornell.

Fornell agregó que la llamas estaban muy extendidas y que no había nadie en el edificio, por lo que se decidió no entrar y trabajar para evitar que el fuego se extendiera a otros inmuebles.

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Los habitantes no se encontraban en la casa de manera temporal mientras realizaban varios trabajos de renovación de la vivienda.

El comisario de Bomberos de esa ciudad, Eric Jones, agregó que se ha abierto una investigación a los 18 bomberos y que si es necesario se tomarán acciones disciplinarias porque la foto fue “inapropiada y antiprofesional”.

“Hay muchas formas para celebrar un retiro”, señaló en un comunicado Jones. “Tomarse una fotografía frente a un edificio en llamas no es una de ellas”, agregó.

La imagen fue borrada poco después de subirla a Facebook pero se difundió rápidamente por redes sociales.