Rato ingresó en la cárcel de Soto del Real (provincia de Madrid) y allí, antes de entrar, hizo unas breves declaraciones a la prensa para pedir “perdón a la sociedad y las personas que se hayan podido sentir decepcionadas o afectadas” por su actuación en esa entidad.

El político fue condenado en 2017 a una pena de 4 años y medio de prisión -confirmada este mes por el Tribunal Supremo- por el uso de tarjetas opacas al fisco (denominadas “black”) para gastos personales por parte de la cúpula directiva de la antigua entidad Caja Madrid (actualmente Bankia), de la que fue presidente.

“Asumo los errores que haya podido cometer”. Además, en tono tranquilo señaló que aceptaba sus obligaciones con la sociedad.

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El político conservador ha defendido siempre su inocencia, y solo ha hablado de posibles “errores” en el momento mismo de su entrada en la cárcel.

Uno de sus argumentos en este caso fue que había devuelto los 99.000 euros que había desembolsado con su tarjeta “black”. La sentencia condenatoria consideró que Rato “mantuvo y amplió un sistema pervertido desde su origen”.