La diáspora de venezolanos que huyen del régimen de Nicolás Maduro hasta ahora se había orientado hacia el sur del continente, en donde países como Colombia (único en crear un estatuto de protección por 10 años), Ecuador, Perú y Chile, entre otros. Estados Unidos no era su principal objetivo por la distancia y por las restricciones que ese país impone a los migrantes . Pero eso ha cambiado.

Basándose en estadísticas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), Carlos Vecchio, representante de Guaidó ante el gobierno estadounidense, afirmó que en 2021 la tasa de refugiados de Venezuela que llegaron al país del norte aumentó en 2.170 %, “una cifra alarmante y sin precedentes”.

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En 2020 el cruce de venezolanos en la frontera México-EEUU no superaba los 5.000 venezolanos. En 2021 superó los 108.000. Es una muestra de la profunda crisis migratoria“, señala en un comunicado, en el que asegura que “esto no va a parar si no resolvemos el problema de fondo: la salida de la dictadura y el retorno de la democracia en Venezuela”.

La frontera entre Estados Unidos (que no reconoce la reelección en 2018 de Nicolás Maduro por considerarla fraudulenta) y México estuvo parcialmente cerrada buena parte de 2020 debido a la pandemia de COVID-19, con lo cual el número de migrantes de cualquier origen se redujo considerablemente.

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El pasado 18 de enero una niña venezolana de 7 años murió al ser arrebatada de los brazos de su madre por las aguas del Río Bravo y otros dos venezolanos han muerto intentando cruzar la frontera, afirma el texto. El gobierno de México impuso recientemente a los venezolanos la necesidad de un visado, en un intento por frenar la migración hacia Estados Unidos.

Para Vecchio, esta medida “no solucionará la crisis sino que la profundiza”. Según él, la solución pasa por poner fin al gobierno de Maduro, “que, en alianza con Rusia, entre otros regímenes, saquea Venezuela y profundiza una terrible emergencia humanitaria compleja que ha generado más de 6 millones de refugiados”.

En el comunicado, el representante de Guaidó ante el gobierno estadounidense acusa a Rusia de apostar “por la inestabilidad del continente americano”. Hace alusión a un comentario reciente del viceministro de Relaciones Exteriores ruso Serguéi Ryabkov, quien contestó: “No quiero confirmar nada (…) ni lo descarto”, a la pregunta de un periodista sobre si Moscú preveía un despliegue militar en Venezuela o Cuba. Estados Unidos lo tachó de “fanfarronada”.