Después de dos semanas fatídicas, donde se presentaron hasta 950 fallecimientos por día, el país ibérico registró la cifra de muertos más baja en 15 días y parece tener finalmente contenida la pandemia del COVID-19 en su territorio.
El ministerio de Sanidad, igualmente, anunció que el número de casos de contagio también continúan disminuyendo y este lunes se reportaron 4.273 nuevos infectados.
María José Sierra, empleada del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, informó que más de 40.000 pacientes ya salieron del hospital, lo que representa cerca del 30% de los casos confirmados.
Con este balance diario a la baja por cuarto día consecutivo, las autoridades ibéricas estudian una “fase de desescalada” en la que toda la población debería someterse sistemáticamente a diferentes pruebas para detectar el virus y aislarlo.
El gobierno de Pedro Sánchez, adicionalmente, analiza imponerle a los ciudadanos llevar tapabocas, de manera obligatoria, cuando se quite la medida de aislamiento y puedan salir a las calles nuevamente.
Los españoles están confinados en sus casas desde hace un mes, pudiendo salir únicamente para ir a trabajar o para realizar actividades básicas como hacer las compras o pasear al perro. Además, desde el 30 de marzo hasta el 9 de abril, el Estado decretó la paralización de toda actividad económica “no esencial”.
Según el último recuento de la OMS, la COVID-19 ha contagiado a más de 1,2 millones de personas en 190 países, matado a casi 70.000 (más de 50.000 en Europa) y ha obligado a aislarse en sus casas a la mitad de la humanidad.
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