En una rueda de prensa en Moscú, Lavrov dijo:

“Ello pudo ser en interés del gobierno británico que se hallaba en una situación incómoda dada su incapacidad en cumplir sus promesas a su electorado sobre las condiciones del Brexit”.

“También podía interesar a los servicios especiales británicos, que son conocidos por su capacidad a actuar con permiso para matar”, agregó.

Rusia no tenía ningún interés de envenenar a un exespía en la víspera de las elecciones presidenciales y a pocos meses del campeonato mundial de fútbol organizado en su territorio, sostuvo Lavrov.

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El canciller ruso criticó además la decisión de los países occidentales de expulsar a diplomáticos rusos, lo que acarreó una respuesta simétrica de Rusia.

“Cuando no se tienen pruebas, se vengan con los diplomáticos”, dijo Lavrov.

El ministro ruso acusó además al Reino Unidos, Estados Unidos y sus aliados de haber perdido “la decencia” y de “recurrir a mentiras y a la desinformación simple y llana”.

Rusia plantea “numerosas preguntas” sobre este asunto y si el Reino Unido “no responde significará que se trata de una invención y más concretamente de una provocación flagrante”, concluyó Lavrov.

Con AFP