La estatura de los humanos es un rasgo biológico determinado por la interacción de varios factores. Unos son componentes genéticos, pero también hay ambientales. Los científicos estiman que nuestra altura se debe en un 75-90 % a la herencia, el resto responde a causas multifactoriales que incluyen la nutrición y la salud fetal e infantil. Por eso, históricamente la estatura se ha utilizado como un marcador de estrés que puede reflejar la adaptación climática, las condiciones nutricionales y el estado de salud.

De hecho, los cambios en la altura a lo largo del tiempo se han relacionado con el cambio climático, la desigualdad socioeconómica, los ciclos demográficos, la urbanización y la propagación de enfermedades. Todos estos factores pueden alterar la velocidad de crecimiento e impedir que el individuo alcance su potencial genético de crecimiento. Se supone, por ejemplo, que desde la revolución industrial la estatura humana ha alcanzado alturas cada vez mayores, provocadas por mejores niveles de calidad de vida.

Un estudio reciente, publicado en Nature, analiza la tendencia evolutiva de la estatura adulta tanto en mujeres como hombres, en Milán (Italia) a lo largo de 2.000 años, desde la época romana hasta la época contemporánea. “Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que se lleva a cabo un estudio sobre la tendencia evolutiva de la estatura en un área geográfica tan limitada y durante un largo período de tiempo. Este escenario permite observar la evolución de la estatura en una gran ciudad europea a lo largo de la Historia y reduce los sesgos geográficos y sociales”, dicen los científicos en el artículo.

Para hacer el análisis, los investigadores contaron con 549 esqueletos del CAL, una colección osteológica que cuenta con unos 7.000 individuos (unos 5.000 restos arqueológicos y 2.000 restos contemporáneos de cementerios. Los esqueletos proceden de 13 sitios diferentes en Milán y se atribuyen a personas que vivieron en cinco períodos históricos: época romana (siglos I-V d.C.), Alta Edad Media (siglos VI-X d.C.), Baja Edad Media (siglos XI-XV siglo d.C.), época Moderna (siglos XVI-XVIII d.C.) y Contemporánea (siglos XIX-XXI d.C.).

Los yacimientos de dónde fueron extraídos los esqueletos estudiados apuntan a que eran necrópolis de las clases pobres (raramente clases medias) de la sociedad milanesa. Como resultado del estudio, la estatura de las mujeres parece variar de 143,5 a 177,6 cm, con una media de 157,8 cm, mientras que los valores de los hombres oscilan entre 152,0 y 195,4 cm, con una media de 168,5 cm. La tendencia de la estatura media tanto en hombres como en mujeres se mantiene estable en el tiempo. De hecho, los análisis estadísticos mostraron que los períodos históricos no influyeron significativamente en la variación de los datos.

Estos hallazgos sorprendieron a los científicos. “Sobre la base de la sorprendente estabilidad de los datos, se puede suponer que las condiciones de vida en Milán, incluso para la población perteneciente a los estratos sociales y económicos más bajos de la sociedad, eran mejores que las de otras áreas urbanas”, describen.

La ubicación de la ciudad en un territorio rico en recursos naturales, la disponibilidad de recursos alimentarios, el poder político, la posibilidad de defensa de la población dentro de las murallas y, sobre todo, y cada vez más a medida que transcurrieron los siglos, la atención a los pobres pueden explicar, por tanto, al menos en parte, la “estabilidad” de la tendencia en estatura a lo largo de los siglos, ya que se sabía que la gente abandonaba el campo y otras áreas para tener la oportunidad de una vida mejor en Milán.