La celebración fue por todo lo alto, e incluyó whisky, vino, agua, buenas porciones de carne y todo tipo de refrescos. Según los empleados del hotel, la familia tenía acento extranjero, y alcanzaron a pagar algo de dinero por anticipado, informa ABC.

Sin embargo, ya cuando la reunión se empezaba a acabar, los invitados tomaron sus carteras y salieron literalmente en estampida. Los pocos intentos que hubo por detenerlos terminaron en atropellos, describe el medio ibérico Ideal.

Según Antonio Rodríguez, propietario del hotel, esta modalidad es la forma habitual en la que actúa un grupo organizado. La deuda en total llegó a los 2.000 euros y hasta ahora no se ha podido capturar a ninguno de los implicados.

Los hechos están en manos de la Guardia Civil, que se han basado en los datos (como matrículas de los carros) que lograron recoger los meseros del hotel, añade El Mundo.