El Instituto Nacional de Migración ha sido acusado de violar sistemáticamente los derechos humanos de los extranjeros que visitan o transitan por la ciudad turística. Varios testimonios relatan las pésimas condiciones y la incomunicación en las estaciones migratorias.

Muchos turistas y migrantes que llegan a Cancún se encuentran con una sorpresa desagradable al pasar el control fronterizo del aeropuerto. A pesar de que la ley mexicana permite una estancia legal de hasta 180 días para los visitantes sin visa, el Instituto Nacional de Migración (INM) les concede apenas unos días, sin explicarles el motivo ni advertirles del riesgo de ser detenidos si los exceden.

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Esto es lo que le ocurrió a Esther y Timon, una pareja alemana de 25 años que aterrizó en Cancún el 7 de febrero de 2022. En el control fronterizo dijeron que estarían en el país por dos meses y así lo demostraron al enseñarles el billete de vuelta para el 5 de abril. Sin embargo, el agente del INM les concedió solo ocho días de estancia, indicados en el formato migratorio (FM) con un garabato ininteligible.

“Nos preguntó por qué queríamos estar dos meses y le mostramos el vuelo de regreso. Nos dijo ‘perfecto’ e hizo una firma en el documento migratorio. Ni sabíamos que era el número de días. Nos los devolvió con un muy simpático: ‘Bienvenidos a México’. Ni imaginámos que nos había dado menos días”, cuenta Timon.

Los jóvenes viajeros dieron por hecho que podían permanecer legalmente en México los dos meses, mucho menos de los “hasta 180 días” que se indican en la página web de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mexicana y que habitualmente se concedían a los turistas europeos sin mayores preguntas.

También le sucedió a Andrea Hernández, una joven colombiana de veinticinco años, se encontraba de vacaciones en Tulum. Había ido a disfrutar del sol y la playa de este codiciado destino turístico del Caribe mexicano. De regreso al hostal donde se hospedaba, montada en bicicleta, agentes federales del INM la detuvieron arbitrariamente el 26 de septiembre de 2021, en un retén que instalaron a la entrada de la zona hotelera.

Aún con bikini y sandalias la subieron a una camioneta oficial y la trasladaron hasta Cancún, donde la intentaron extorsionar por tres mil dólares (sesenta mil pesos) para sacarla de la estancia migratoria temporal en la que había sido encerrada, un sitio en el que se violan sistemáticamente los derechos humanos de los extranjeros.

Un infierno en las estaciones migratorias de México

Solo se enteraron de que esa postura había cambiado cuando pudieron hablar con su amigo Chris, con quien se iban a quedar en Playa del Carmen durante la primera semana, pero al que no pudieron localizar hasta después de cuatro días. Chris, un austríaco de 30 años, estaba viviendo su propia odisea en México. Estaba detenido en la estación migratoria de Chetumal, en la frontera con Belice, desde el 5 de febrero.

Durante un trayecto de Playa del Carmen hacia Bacalar, otra de las joyas turísticas de México, un retén del INM, junto con miembros de la Guardia Nacional, paró el autobús en el que viajaba, pidió la identificación de todos sus pasajeros y lo detuvo por superar la estancia legal en el país que le habían dado a su entrada.

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Chris relata a DW que fue trasladado a la estación migratoria de Chetumal, donde permaneció durante 12 días sin poder comunicarse con nadie ni recibir asistencia consular. Allí sufrió condiciones infrahumanas: hacinamiento, falta de higiene, comida escasa y mala, maltrato verbal y físico por parte de los agentes del INM.

“Es como una cárcel. No te dan ninguna información ni te explican qué va a pasar contigo. Te tratan como si fueras un criminal. No te dan jabón ni papel higiénico. No hay ventanas ni aire fresco. Hay cucarachas y ratas por todas partes. La comida es horrible y a veces ni siquiera te la dan”, dice Chris.

Finalmente, Chris fue deportado a Austria el 17 de febrero, después de que la embajada interviniera en su caso. Pero no es el único que ha vivido esta pesadilla. Según datos del INM, en 2021 se produjeron 1.211 detenciones de europeos en México, en su mayoría por exceder el periodo de estancia legal en el país.

La Embajada de Alemania ha expresado a DW su preocupación por este incremento y por dejar de conceder el máximo de 180 días estipulados para los turistas sin una comunicación concisa de este cambio de actuación migratoria. También ha denunciado las violaciones de los derechos humanos que sufren los extranjeros detenidos en las estaciones migratorias, que funcionan como cárceles.

“Nos preocupa que los extranjeros sean víctimas de detenciones arbitrarias, encierros injustificados, incomunicación y falta de asistencia consular. Estas prácticas violan sistemáticamente los derechos humanos de los extranjeros y contravienen las leyes mexicanas y los tratados internacionales”, dice un portavoz de la embajada.

La embajada recomienda a los turistas alemanes que revisen cuidadosamente el formato migratorio que reciben al entrar al país y que soliciten una corrección si no se les concede el tiempo de estancia deseado. También les aconseja que lleven siempre consigo una copia del pasaporte y del formato migratorio y que se pongan en contacto con la embajada en caso de cualquier problema.

Por su parte, el INM no ha respondido a las solicitudes de información y entrevista de DW. Sin embargo, en su página web, el instituto asegura que respeta los derechos humanos de los extranjeros en todas las etapas del procedimiento administrativo migratorio y que les brinda asistencia jurídica, médica y social.