Cuatro personas —dos mujeres y dos varones— fueron subidos a una patrulla policial, con hojas de eucalipto como evidencia, hacia una estación, según imágenes transmitidas por la plataforma digital “Artículo 66”.

Los vendedores explicaron a los periodistas que la policía detuvo a esas cuatro personas bajo el argumento de que la venta de hojas de eucalipto está prohibido en Nicaragua, además, que en el país no hay COVID-19. La Policía Nacional aún no se pronuncia sobre la detención de esos cuatro vendedores informales.

Las hojas de eucalipto, que hasta el pasado fin de semana no valían nada, hoy son vendidas a precios que van desde los 0,3 dólares, hasta los 1,5 dólares.

Según la Fundación Centro Nacional de la Medicina Popular Tradicional, el eucalipto es: “descongestionante, antiséptico, antibronquítico, anticatarral, antitusivo, bactericida y balsámico”, características ideales frente a neumonías y gripes.

El médico y cirujano José Antonio Vásquez, miembro de un equipo de especialistas que brindan teleconsultas sobre el COVID-19 de forma gratuita, reconoce las propiedades del eucalipto, pero explica que una taza de té con ese ingrediente no hará diferencia en un paciente con coronavirus.

Eucalipto.

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La rapidez con la que ahora los árboles de eucalipto pierden sus ramas muestra cuánto los nicaragüenses lo asocian como arma efectiva ante el COVID-19.

Eso ha provocado que la Policía Nacional realice rondas nocturnas para cuidar los árboles, algo que nunca habían hecho las autoridades, ni siquiera cuando aparecen empresas haciendo cortes prohibidos por la ley para cuidar los cables eléctricos.

Cabe mencionar que la acción de las autoridades contra los vendedores fue duramente cuestionada en las redes sociales.

El excandidato presidencial opositor Edmundo Jarquín consideró que la acción policial es parte de “la negativa del gobierno para aceptar que en Nicaragua hay COVID-19”.

“Esto sí es una barbaridad”, manifestó por su lado el exdiputado liberal Elíseo Núñez, tras señalar que las autoridades no hacen nada contra los delitos ambientales, no detienen a los que talan los bosques y “se llevan presa a la gente más pobre por deshojar un eucalipto”.

Según datos oficiales, Nicaragua registra 17 muertos y 254 contagios de covid-19, pero especialistas calculan que los casos superan el millar, con más de 300 fallecidos.