El ataque contra los integrantes de la policía de Perú ocurrió en el puesto de vigilancia fronteriza Puerto Amalia, ubicado en la ribera del Río Yavarí, y fue cometido la víspera por “delincuentes quienes llegaron a bordo de dos lanchas rápidas”, todos ellos “de nacionalidad brasileña y colombiana”, indicó este jueves la policía de Perú en un comunicado.

“Producto de este ataque resultaron heridos cuatro suboficiales de dicho puesto policial con impactos de proyectil de arma de fuego en distintas partes del cuerpo”, agregó la institución. Los policías heridos fueron trasladados al Hospital de Atalaya do Norte (Brasil) y posteriormente evacuados a la ciudad de Iquitos (Perú), donde reciben atención médica.

El lugar del ataque es cercano a la frontera que comparten Perú, Brasil y Colombia en la Amazonía, y ha sido por años un área con presencia de bandas narcotraficantes. Los agresores lograron apoderarse de ocho fusiles, una ametralladora y 3.000 cartuchos de municiones, según el parte policial.

El comandante general de la Policía peruana, Javier Gallardo, llegó a la zona para dirigir las investigaciones. La institución informó que trabaja en coordinación con las autoridades de Brasil para identificar y capturar a los integrantes de la banda criminal.

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El ataque de los delincuentes colombianos y brasileños a los integrantes de la policía peruana se produjo justo cuando los presidentes de Colombia y Perú, los dos principales productores de cocaína del mundo, acordaron fortalecer lucha contra el crimen en frontera común.

Los mandatarios Iván Duque y Pedro Castillo se reunieron en Villa de Leyva (Boyacá), acompañados de sus gabinetes y embajadores. “Los ministros de Defensa han acordado compartir información de inteligencia, contrainteligencia y definir también estrategias comunes de lucha contra el crimen transnacional“, declaró Duque al término de la cumbre.

La estrategia se enfocará en los narcotraficantes, además de contrabandistas de minerales, fauna y flora, agregó. También intentará desmantelar “redes de abastecimiento de recursos químicos que llevan a la degradación (ambiental) en muchos de nuestros territorios”, añadió el mandatario colombiano.

Castillo, por su parte, resaltó que el acuerdo se verá “cristalizado” en beneficio de los pobladores de la frontera, “temerosos porque son atacados por el narcotráfico”, la “delincuencia” y otros “problemas comunes”.

Según Naciones Unidas, Colombia, con una producción de 1.010 toneladas en 2020, es el principal exportador mundial de cocaína, seguido por Perú, con 445 toneladas. Putumayo, uno de los departamentos que integran la frontera de 1.626 kilómetros, es uno de las regiones colombianas con más narcocultivos.

Allí también operan disidentes de las Farc que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016 y siguen lucrándose con el tráfico de la droga.