El equipo científico, liderado por el genetista Peter Forster, publicó en la revista de Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias su estudio, donde advierte que el COVID-19 pudo empezar en otra ciudad diferente a Wuhan, la que se nombró como el epicentro desde que comenzó la pandemia, señala el diario South China Morning Post.

Según los investigadores, la cepa del nuevo coronavirus nació en una ciudad más al sur de China y unos 3 o 4 meses antes de lo informado por el gobierno chino, que decretó diciembre como el inicio de todo.

“El virus pudo haber mutado en su forma final ‘eficiente humanamente’ hace meses, pero permaneció dentro de un murciélago u otro animal o incluso humano durante varios meses sin infectar a otras personas”, explica Forster, citado por el mismo medio.

El genetista detalla que según su estudio, el COVID-19, antes de llegar a su forma ‘eficiente humanamente’, se empezó a esparcir entre humanos entre el 13 de septiembre y el 7 de diciembre.

El equipo científico de Cambridge, para llegar a esas conclusiones, utilizó una herramienta algorítmica (red filogenética), para encontrar el paciente cero del virus, que ya ha afectado a más de 2 millones de personas en todo el mundo.

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En este nuevo estudio, los especialistas incluyeron más de 1.000 génomas de diferentes cepas encontradas en pacientes con COVID-19, lo que los acerca más a ese paciente cero y determinar correctamente el inicio de la pandemia, indica South China Morning Post.

Si me presionan para obtener una respuesta, diría que la propagación original comenzó más probablemente en el sur de China que en Wuhan. Pero la prueba solo puede provenir del análisis de más murciélagos, posiblemente de otros posibles animales hospedadores, y de muestras de tejido preservadas en hospitales chinos almacenados entre septiembre y diciembre de 2019″, expresó Foster al rotativo chino y agregó:

“Este tipo de proyecto de investigación nos ayudaría a comprender cómo ocurrió la transmisión y nos ayudará a prevenir casos similares en el futuro”.

El origen del nuevo coronavirus ha vuelto a ser un foco sensible entre los políticos más poderosos del mundo. Por ejemplo, Donald Trump sugirió de nuevo que el COVID-19 habría nacido en un laboratorio chino. Incluso, desde el Reino Unido, también le pidieron explicación a Pekín sobre el nacimiento de la pandemia.

Sin embargo, “la teoría del origen del laboratorio ha sido rechazada por los mejores científicos del mundo, porque toda la evidencia existente apuntaba a un origen natural. El estudio en curso de Cambridge podría arrojar más luz sobre el tema”, finaliza South China Morning Post.