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En 1973 Brigitte Bardot abandonó los sets de cine para convertirse en una activista animalista. A lo largo de su vida, Bardot denunció, por ejemplo, la caza y los abandonos de animales domésticos, el consumo de carne de caballo y las corridas de toros. Su activismo desembocó en varias leyes en favor del bienestar animal.
“Por ejemplo en los 60, Bardot luchó contra el sacrificio de los animales sin aturdimiento, en los mataderos. Esto desembocó en la ley de 1964 que hizo obligatorio el aturdimiento para los animales terrestres, excepto si hay una derogación por motivos religiosos. Eso mitiga un poco la violencia en los mataderos”, recuerda Brigitte Gothière, cofundadora de la ONG animalista francesa L214.
“Bardot también tuvo una influencia en la ley de 1976 llamada Ley de la naturaleza en la que por primera vez en el derecho francés se reconoció que los animales son seres sensibles”, agrega Gothière, entrevistada por RFI.
Con su famosa foto en la que aparece con una foca en los brazos, la exactriz obtuvo también la prohibición de la importación de estos animales en Francia para la industria textil. Bardot deja para las generaciones futuras una fundación que lleva su nombre, que protege a más de 11.000 animales en 4 refugios y que seguirá funcionando después de su muerte.
Racismo y xenofobia, la otra cara de Bardot
Pero Bardot también será recordada por su cercanía con la ultraderecha de Jean-Marie Le Pen y sus declaraciones reaccionarias, homófobas y xenófobas.
En nombre de la defensa de los animales, arremetió con frecuencia contra los inmigrantes y los musulmanes que practican el sacrificio ritual de corderos. En cinco ocasiones, la justicia francesa la condenó por incitación al odio racista. En 2001 por ejemplo, fue sentenciada a una multa de 20.000 euros por haber calificado a los habitantes de la isla de la Reunión (Francia) de “población degenerada“.
“Estas declaraciones nos chocaron mucho. Nos parecen totalmente contradictorias con la compasión que mostraba Bardot hacia los animales no humanos. Fue lamentable y manchó su compromiso”, reconoce la organización L214.
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