Escrito por:  Redacción Mundo
Oct 6, 2023 - 7:09 am

Las autoridades hondureñas investigan el asesinato de un colombiano que se registró hace 7 días en La Ceiba, una pequeña ciudad en la costa del país centroamericano. El hombre de 43 años, que fue identificado como Kenneth Hurtado Guerrero, se dedicaba a la venta de ataúdes y fue atacado cuando iba a recoger un cadáver a un hospital vecino, según informó El Tiempo. 

(Vea también: Hombre vive dentro de tumba de cementerio en Colombia; lleva un año durmiendo en un ataúd)

Lo que se sabe es que cerca del centro médico, dos sicarios lo interceptaron y le dispararon en múltiples ocasiones dejándolo gravemente herido. Varias personas que estaban en medio de una velación intentaron auxiliarlo; sin embargo, el hombre quedó tendido en el piso sin signos vitales junto a la carroza en la que se desplazaba, de acuerdo con el rotativo.

De Hurtado Guerrero se sabe que era oriundo del departamento de Antioquia y llevaba más de 12 años viviendo en Honduras. Además, se dedicaba al negocio de los ataúdes y gerenciaba la funeraria Príncipe de Paz, ubicada en La Ceiba, según el periódico. 

Este hombre tenía un pasado oscuro, pues se sabe que hace pocos meses había asistido a un juzgado de ese país centroamericano a firmar un libro de control judicial por antecedes, ya que en 2011 fue detenido junto a otros tres colombianos después de aterrizar en Tegucigalpa, Honduras, con cinco maletas que tenían fondos falsos en las que portaban 780.000 dólares —más de 3.390 millones de pesos— que pretendían sacar del país, de acuerdo con el citado medio.

Además de los dólares, los colombianos tenían en su poder 11.000 pesos chilenos, 8.000 colones costarricenses y 73.000 pesos colombianos. Las autoridades les decomisaron las divisas y fueron condenados a 11 años de prisión por el delito de lavado de activos por no declarar el monto, según el medio de comunicación. 

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Horas después del sicariato de Hurtado Guerrero, otro cadáver fue encontrado en unos matorrales en el sector conocido como Playas de Perú. Después de las investigaciones, las autoridades confirmaron de que se trataba de Denis Nahúm Canales Gutiérrez, quien resultó ser uno de los empleados de la funeraria. Era conocido como ‘El Chiqui’ y ya había sido detenido en 2022 por porte ilegal de armas, de acuerdo con el citado diario.

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