De acuerdo con un boletín divulgado este jueves por la Procuraduría General de Justicia, Ibarra, también estaba envuelta en plástico, amarrada de piernas y manos y con lesiones en el rostro, el cuello y los muslos.

Antes de que existiera una liga femenina en México, Ibarra convenció a la directiva de los Xolos de Tijuana de armar un equipo de mujeres y se puso al frente del conjunto que ahora participa en la Liga Mx, en la que ocupa el decimocuarto lugar de la clasificación.

A pesar de que nunca fue futbolista, era considerada una de impulsoras más entusiastas en el país del balompié de mujeres.

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Ibarra había desaparecido el pasado 19 de septiembre y las autoridades la encontraron el pasado lunes, según la Procuraduría que, según dijo, comenzó una investigación por homicidio, la agresión no fue consecuencia de la relación de la entrenadora con el fútbol.

México es uno de los países de más violencia contra las mujeres y se estima que dos de cada tres ha sido víctima de agresiones, de las que solo el 10 por ciento las denuncia. Esos números no se han podido disminuir pese a las campañas a favor de la igualdad de género.

Una de las deportistas más triunfadoras del país en lo que va de siglo, la medallista olímpica de atletismo Ana Guevara, fue golpeada por hombres a finales de 2016, en un hecho que conmovió a la sociedad, pero centenares de agresiones acontecen cada mes y la mayoría no se divulgan.

Las mujeres son la cabeza del deporte mexicano, ganadoras de las dos terceras partes de las medallas del país en Juegos Olímpicos a partir de Atenas 2004.

Hace casi dos años el fútbol tiene su liga femenina y hay varias jugadoras involucradas en ligas extranjeras, entre ellas la delantera Charlyn Corral que ganó el ‘Pichichi’ por ser la mejor goleadora de la liga de España con el Levante.

Los medios mexicanos y las redes sociales han condenado el asesinato de Marbella Ibarra y han calificado su muerte como una pérdida sensible para México.