“Yo que creí que me soñaban las mujeres y que podía enamorarme de cualquiera siempre egoísta me burlé de sus quereres pero el corazón me puso cadenas; cambiaba el alma por parrandas y placeres pero la aventura me ensancho una pena. cosa creíble yo que fui un gran ruiseñor y que creí ser el rey de los amigos creí sincero a todo el mundo, y la traición puso mil fronteras sobre mis caminos. Yo fui el galán, que hoy vive de cualquier manera sufriendo la espera de cualquier cariño”.

En estas letras de los primeros párrafos de ‘Cadenas’, canción de la autoría del compositor guajiro, Rosendo Romero, es una lírica que retrata la vida amorosa del artista.

Una carrera que inició en su natal Villanueva, en La Guajira, tierra de grandes exponentes de la música vallenata y, que ha aportado al folclor varios gramófonos que otorga la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación.

Rosendo, nació en el barrio El Cafetal, catalogado por él como un sector musical por excelencia. Allí, contó Romero, surgieron los primeros ganadores vallenatos al premio Grammy, una distinción internacional a la música vallenata, como es el caso de ‘Los Hermanos Zuleta’ y Jorge Celedón, este último ganador de cinco Grammys Latinos.

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Con un talento para componer se ganó el aplauso de aquellos que admiraban sus letras. Y, cuando tenía 20 años ya gozaba del reconocimiento entre los cantantes de la época, pero también le dio la confianza para conquistar a la mujer que le gustara.

“A los 20 años con unos ojos claros y siendo un compositor famoso, era muy conquistador. Me creía el rey de los amores que me las llevaba a todas, pero hubo una que me dijo: tú no eres el rey”, recordó Romero.

Continuando con el relato, el compositor guajiro manifestó que, “en esta época tenía una novia que perdí porque se la llevó el mejor postor, alguien que tenía la economía que yo no manejaba y ese fracaso sentimental sirvió para que me autoanalizara y me diera cuenta que ser famoso no era lo máximo, y que en cualquier momento podía sufrir el fracaso como cualquier persona y, perdí la novia que quería cuando la vi irse en los brazos de otro hombre”.

Este golpe sentimental le dio un giro a la vida del compositor que le sirvió para entregar a la música vallenata el “primer autoanálisis” convertido en canción.

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“Ahí nació la canción ‘Cadenas del alma’, que fue el primer autoanálisis que se hizo en la música vallenata, y con ello nació el nuevo ser en mí, la persona que reflexiona y empieza a valorar a la mujer; a darse cuenta que no es un objeto”, señaló.

Agregó el compositor que, “hay un verso en esta canción que dice: yo que entre flores siempre anduve de parranda, ya convencido que todo lo merecía, sí había una rosa, ¿qué importaba deshojarla? Y después dejarla con el alma herida hoy que la miro con tristeza, he comprendido que no soy tan bueno como me creía”.

Así las cosas, Cadenas, representa un antes y un después en la vida de Rosendo Romero. “Empiezo a cultivar la humildad, la sencillez, la sinceridad y a llenarme de valores; algo que para mí fue fundamental y que me ha servido para mantenerme alegre, siempre tranquilo, sentirme joven, sentirme un hombre de Dios, que es lo más importante”, acotó.

Esta entrada la puede encontrar en El Pilón.

@karenperezcol