La banda de Mark Hoppus, Travis Barker y Matt Skiba cerró con broche de oro la primera jornada de la fiesta musical, que brilló por la calidad de sus artistas y la variedad de actividades, a pesar de los serios problemas en el acceso y el transporte desde Huntington Beach.

The Drowns abrió las puertas del festival con una presentación impecable y generosamente agradecida por los madrugadores del evento y por los bañistas que los disfrutaron desde la línea del mar, más allá de los linderos del concierto.

The English Beat calentó una fría tarde californiana con una poderosa mezcla de guitarras, sintetizadores y vientos combinada con sus dos voces, tan distintas entre sí como el público de los cinco continentes que los acompaño y los despidió pidiendo “una canción más”.

Luego, Save Ferries contagió a los más pequeños con sus pegajosas melodías, desafió a sus madres con atrevidas letras y deleitó a todas las generaciones con la voz de Monique Powell interpretando el clásico de los

Dexys Midnight Runners, ‘Come on Eileen’.

Llegó la hora de los Aquabats, que iluminaron el escenario con sus máscaras y sus uniformes azules y el cielo con el sol que apareció luego de varios días de smog en la región. Los oriundos de Huntington Beach hicieron volar tiburones, rindieron tributo a la pizza y amenizaron la tarde de sus fans con sus divertidas ocurrencias y su energizante combinación de punk, ska y ‘new wave’.

Con su ritmo endiablado, Streetlight Manifesto aumentó las pulsaciones de los cerca de 20.000 asistentes antes de acabar su presentación en un pico de energía por el estricto límite de tiempo, una queja común de las bandas en el escenario de Huntington Beach este sábado.

De cara al sol y con una refrescante brisa, los Reel Big Fish armaron el ‘pogo’ a pesar de la arena, hicieron bailar saltar y agitar las melenas a los miles que les siguieron la cuerda en sus locuras y cantaron sus irreverentes letras como propias hasta llevarlos al clímax con su ya clásica versión de ‘Take On Me’.

Al final de la tarde, Goldfinger cumplió con un toque electrizante. John Feldman dijo haber despertado ansioso porque le abriría a Blink-182 y debía hacer algo fuera de lo normal. Opto por una serie de invitados especiales, desde integrantes de las bandas que lo precedieron en el festival, pasando por miembros de 311 y Sublime hasta su propia hija, y concluyó durante la puesta del sol con su versión de ‘99 red Balloons’.

Y llegó el momento más esperado, la reaparición de Blink-182 Después de quien un delicado problema de salud obligó a Travis Barker a alejarse de las baterías durante un tiempo a mediados de 2018.

El público estalló con los acordes de los clásicos ‘What’s my age again’, ‘All  The Small Things’ y ‘Adam’s Song’, que Mark Hoppus intercaló con un mensaje crítico contra la legalización de la marihuana recreativa.

“Que alguien llame a la policía, huelo a hierba. Oh, es cierto, ahora es legal. Es legal volverse estúpido. Arruinen sus vidas, adelante”.

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No obstante el agotamiento y las dificultades propias de un escenario como la playa, el público se entregó por completo hasta la última canción de la noche, que fue ‘Dammit’, antes de recargar baterías para una segunda jornada bastante prometedora.