Además, dicha industria afirmó que el incremento de costos en Colombia es debido a la escasez se generó producto de la destrucción de más del 88 % de los cultivos de algodón.

“El país pasó de cerca de 398.000 hectáreas sembradas de algodón, a menos de 10.000 hectáreas, una situación que le atribuyen, principalmente, a “políticas insuficientes de los Gobiernos de turno en los últimos años frente al agro y la industria manufacturera”, afirmó el gremio.

Asimismo, concluyeron que importar prendas de vestir de países de Oriente, contrario a lo que justifican los importadores, no beneficia al consumidor en Colombia, en cambio sí desincentiva el agro y la industria.

Comerciantes afectados

Los más perjudicados han sido los consumidores y los comerciantes, quienes han tenido que verse obligados a alzar los costos de sus productos en venta.

Jimena Solórzano, vendedora en un negocio de ropa en Ibagué, aseguró a El Nuevo Día que los precios aumentaron enormemente, incluso no solo de las prendas, otros productos subieron de costo también.

“Nosotros no tenemos contacto directo con las fábricas, pero los proveedores han aumentado enormemente los precios, un 20 % por prenda, porque se quejan de que la ropa está muy cara”, dijo Solórzano.

Lo que es perfumería ha subido el 20 % también, a cada uno de los frascos, dicen que los contenedores no llegan, se demoran más. Los vestidos de baño ya no se venden, los clientes se quejan porque según ellos uno se aprovecha de la situación, pero así están las costas, las ventas han disminuido tanto a lo que era en años pasados, agregó la comerciante.

En el local de Jenny García, las ventas bajaron considerablemente, tanto que la mujer indicó que subió considerablemente los precios de los productos que vende en su local.

“El par de zapatos colegial, anteriormente valía 32.000, y ahorita por la subida de insumos, me toca vender a 42.000, explicó García.

Suministrada El Nuevo Día
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Medidas de ‘rebusque’ para solventar gastos

Así como algunos comerciantes han optado por incrementar el precio de sus productos, para otros esto no ha sido suficiente, de manera que, medidas de ‘rebusque’ les han servido como alternativa para sobrevivir.

Martha López, es otra de las comerciantes afectadas, quien aseguró que prendas de vestir como el brasier antes lo vendía a $20.000, pero ahora cuesta $25.000. Para la mujer, este incremento no es suficiente y afirmó que ha tenido que generar ingresos por otras vías.

“En enero y febrero ha estado muy pesado, los clientes ya no vienen con la misma frecuencia. Me ha tocado mirar a donde se rebusca uno para salir adelante, como domiciliaria, a veces hago almuerzos, no puedo estar acá de brazos cruzados antes de esto, yo permanecía acá sola y me sostenía con el negocio, pero eso ya no es suficiente”, detalló.

Suministrada El Nuevo Día
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¿Qué dice el Gobierno?

La Cámara de Confecciones y Afines, CCCyA afirmó que faltan medidas por parte del Gobierno. El sector sostuvo que hicieron llamados técnicos para que se acelerarán decisiones que aún continúan en estudio, como lo es disminuir el arancel de los hilos.

La caída del cultivo de algodón en cierta medida está explicado porque la industria no va a incrementar la demanda mientras el arancel de algunas subpartidas de los hilos esté igual al arancel de las telas, esto no tendría sentido. Los gobiernos de turno han perdido de vista que el gran dinamizador de la cadena es el eslabón de la confección, y si este eslabón se hubiese fortalecido, hoy no tendríamos el actual déficit de materias primas, especialmente el del algodón”, explicó Camilo Rodríguez, presidente de la CCCYA.

En este momento, la solicitud del gremio se centra en que el Gobierno ofrezca incentivos que permitan bajar los costos de producción para que tanto el consumidor, como el comerciante, no asuman el incremento en las materias primas a causa de los altos costos logísticos y de transporte.