En el mundo de las apuesta de juegos de azar y loterías, los números, cómo suenan, cómo se ven y hasta cómo caen, son factores importantes a la hora de jugar una cantidad de dinero, esperando ganar.

Por estos días, son famosos los números de agüeros, en especial los que tienen que ver con la vida y muerte de Diomedes Díaz, pero hay un número que les quita el sueño a muchos.

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El sábado 24 de septiembre de 2016, hacia las 10:10 de la noche, la empresa Paga Todo registraba cómo 3.886 personas se hacían ganadoras con el resultado de la Lotería de Boyacá.

Para ese entonces, los premios ascendían a $ 3.000 millones de pesos, una cifra muchísimo más alta que lo que se entregaba semanalmente.

El número ganador de esa noche fue el 6428, pero fueron las últimas tres cifras las que hicieron ganadores a casi 4.000 personas.

El número más jugado para hacer chance

La razón por la que el 428 hiciera millonarios a muchos en una sola noche, obedece a que es uno de los números más jugados en el chance y las razones son muy curiosas y es que para muchos es un número “bonito”; así lo explica Gelsa, operador autorizado para las apuestas de chance en el centro del país.

“Este número, que le dio la suerte a miles de bogotanos y cundinamarqueses, no es más que la feliz consecuencia de una tradición perpetuada por los apostadores que eligen y juegan este número por fe, porque les parece bonito y le tienen buen agüero. Tal vez como pasa con el 716 (Día de la Virgen), el 355 (relacionado con la aparición de una mariposa gigante en Ibagué) o el 1108 (número de la tumba de Diomedes Díaz)”.

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La pregunta obligada es ¿qué tan fácil es que este número vuelva a caer? Pues para la casa de apuestas, “lo único cierto es que bajo la lógica de las estadísticas existen las mismas probabilidades de que caiga el 000 que el 428, y allí es donde las cábalas y la fe entran a jugar un papel protagónico y hacen parte de la tradición del chance. Tal vez mañana vuelva a caer el mágico 428 o simplemente no aparezca más durante el año. La única certeza en esto es que quien no apuesta, no gana”.