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El Gobierno nacional ha presentado un ambicioso proyecto de ley denominado "Ley Minera para la Transición Energética Justa, la Reindustrialización Nacional y la Minería para la Vida", que busca transformar la política minera en Colombia. Este planteamiento intenta dejar atrás el modelo extractivista imperante durante décadas, para promover una minería sustentada en la protección ambiental, la equidad social y el alineamiento con las metas de transición energética. Así, el Estado adapta su papel como actor principal en la regulación y administración de los recursos mineros del país, de acuerdo con las directrices de esta propuesta legislativa.
La minería en Colombia, históricamente, ha estado asociada con numerosas problemáticas sociales y ambientales, producto de la fuerte dependencia del extractivismo. Según declaraciones recogidas por El Espectador de la viceministra de Minas, Sorrel Aroca, este modelo ha provocado conflictos tanto sociales como ecológicos, perpetuando ciclos de pobreza y vulneración de derechos, en especial en regiones rurales con alta vocación agrícola. Por tal razón, el nuevo proyecto enfatiza la relevancia de planificar el territorio en función de la protección ambiental y el respeto a las comunidades campesinas e indígenas, subrayando además la necesidad de diversificar los usos del suelo nacional.
Entre los principales lineamientos del proyecto sobresale la declaración de los minerales como propiedad exclusiva e inalienable del Estado colombiano, asegurando así que los beneficios de su explotación respalden el interés público y no solamente el de particulares. Según lo reportado por El Espectador, se introducirán herramientas como la demarcación de Zonas Aptas y Zonas Excluidas de la Minería, con el objetivo de proteger áreas estratégicas desde el punto de vista ecológico y social.
De acuerdo con los mismos reportes, también se establece la prohibición de uso de sustancias altamente tóxicas, como el mercurio, determinando el cierre gradual de minas a cielo abierto para minimizar los impactos negativos sobre el entorno. Otra medida destacada es la formalización de la minería artesanal y de pequeña escala, ofreciendo apoyo técnico, jurídico y financiero a quienes la ejercen, con el propósito de mejorar tanto las condiciones laborales como las ambientales en que se desarrolla esta labor.




El paquete de reformas incluye un modelo de contratación basado en la transparencia, con reglas claras en cada etapa del proceso minero, aproximando la gestión estatal al estándar de equidad y rendición de cuentas. Según el proyecto, la política minera se convierte también en un eslabón fundamental para propiciar la reindustrialización nacional y consolidar encadenamientos productivos en torno a los minerales estratégicos. Para afianzar la confiabilidad en este tipo de información, se recomienda acudir a fuentes validadas por la academia y medios periodísticos reconocidos, como sugiere el periodista Raúl Sohr en referencia al valor de la fuente.
Además, iniciativas como NINA, desarrollada por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, consolidan el trabajo de los periodistas en la fiscalización y seguimiento de dinámicas de poder y transparencia, resultando claves para monitorear la ejecución real de la ley en caso de ser aprobada. Este contexto resalta la importancia de la participación activa de todos los sectores involucrados en el debate, especialmente comunidades, trabajadores y sector empresarial, para consolidar una minería sostenible y socialmente justa en Colombia.
¿Qué impacto puede tener la formalización de la minería artesanal? La formalización de la minería artesanal y de pequeña escala es uno de los puntos centrales en el nuevo proyecto de ley, ya que busca ofrecer a quienes ejercen esta actividad mejores condiciones legales, técnicas y financieras. Según las disposiciones mencionadas en el artículo, esto podría traducirse en prácticas más seguras y sostenibles, beneficiando tanto a los trabajadores como al medio ambiente. Esta medida también tiene potencial para disminuir la conflictividad social y mejorar los estándares de vida en las comunidades implicadas. Si la formalización se implementa efectivamente, podría ayudar a reducir la ilegalidad en el sector y fomentar la cooperación entre mineros y autoridades estatales, abriendo caminos a procesos más transparentes y acordes con las regulaciones ambientales. Así, la minería artesanal dejaría de ser vista sólo como una fuente de riesgo y pasaría a consolidarse como un actor relevante para el desarrollo regional bajo reglas claras.
¿Qué implica la prohibición del mercurio en la práctica? La restricción total del mercurio, según lo señalado por las fuentes citadas, tiene como principal finalidad mitigar los daños graves provocados por la minería en ecosistemas y la salud de las comunidades cercanas. El mercurio, empleado tradicionalmente para extraer oro, representa uno de los contaminantes más peligrosos, afectando tanto cuerpos de agua como suelos y fauna. Su prohibición marca un cambio relevante en los criterios con que se autoriza y fiscaliza la actividad minera en Colombia. En la práctica, esta determinación obligaría a los actores mineros a adoptar métodos alternativos y menos dañinos, lo que puede representar un reto técnico y económico, especialmente para pequeños productores. Sin embargo, su implementación sería un paso decisivo hacia una minería compatible con los estándares internacionales de protección ambiental, contribuyendo a la restauración de áreas afectadas y la prevención de tragedias económicas y sanitarias a largo plazo.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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