La economía de Colombia experimentó en 2021 una de las recuperaciones más rápidas de América Latina gracias al consumo, pero el empleo no se recupera al mismo ritmo y “han surgido desequilibrios clave”, advirtieron los expertos en la evaluación periódica que el FMI realiza a sus países miembros, conocida como Artículo IV.

“Los precios altos de los alimentos y de las materias primas, en medio de cuellos de botella en la oferta, han hecho subir la inflación y la recuperación impulsada por el consumo ha desencadenado un déficit externo más amplio”, citaron.

Para este año el organismo prevé un crecimiento económico del 4,5 %, menor al pronóstico del presidente Iván Duque, quien afirmó que el país habrá crecido en 2021 más del 10,2 % y que en 2022 superará el 5 %.

De cara al futuro, el FMI estimó que “el avance de las reformas estructurales clave y las políticas (de acción) climática siguen siendo fundamentales para garantizar un crecimiento sostenible e inclusivo” que fomente la creación de empleo.

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La incertidumbre en torno a la pandemia de coronavirus aún nubla el horizonte económico para el país. Aunque el 64 % de la población está vacunada contra el COVID-19, la posibilidad de nuevas variantes del virus siguen siendo una amenaza. Además, la agenda de las infraestructuras y del acuerdo de paz no avanzan al ritmo previsto y las próximas elecciones generan incertidumbre, apuntó el Fondo.

En medio de los problemas en la cadena de suministro, la inflación sigue aumentando (casi el 7 % en enero), lo cual supone un desafío para el Banco de la República, que tendrá que controlar los precios sin frenar el crecimiento.

El país “se beneficiaría de reformas fiscales más profundas” y “garantizar nuevas fuentes de ingresos será fundamental para salvaguardar los programas clave de protección social y la inversión pública, al tiempo que respalda una reducción más rápida del nivel de deuda”, concluyó el FMI.