Uno de los efectos más graves para la ciudad llegaría por el lado de la pobreza multidimensional; de acuerdo con las proyecciones enviadas a la Alcaldía de Claudia López, aunque la capital venía retrocediendo en la lucha contra este flagelo por el incremento de la población migrante vulnerable, el escenario seguiría empeorando por la automedicación y el aplazamiento de tratamientos por parte de los habitantes para combatir el COVID-19.
En materia de empleo, el documento resalta que la continua destrucción de puestos de trabajo llevará a que la tasa de desempleo en la capital del país llegue, en el peor de los casos, al 21,5 %; sin embargo, si la ciudad entra nuevamente en un confinamiento estricto, los gremios advirtieron que la desocupación alcanzaría a cifras mucho más altas.
El escenario tampoco pinta bien para el crecimiento económico; de acuerdo con el documento, el Producto Interno Bruto (PIB) de Bogotá caería entre 5,6 % y 8,7 % este año, asociado principalmente a mayores restricciones de movilidad y actividad productiva, y que implicaría que el recaudo tributario caiga hasta 6,2 billones de pesos.
“Volver a un aislamiento estricto impactaría aún más las proyecciones de ingresos de la ciudad, ante el mayor deterioro en su actividad económica. Esto supondría un importante reto para la financiación de programas de subsidios y transferencias, como lo es el correspondiente a ingreso mínimo garantizado”, enfatiza el documento.
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