
Elegir entre una tarjeta de crédito o débito es clave para una buena salud financiera. Ambas tarjetas son herramientas útiles que permiten evitar el uso de efectivo, pero tienen funciones y consecuencias distintas.
La tarjeta de débito se vincula directamente a la cuenta de ahorros del usuario, permitiendo gastar solo el dinero disponible, lo que facilita el control de gastos y evita el endeudamiento. No genera intereses, pero tiene menor protección ante fraudes y no contribuye a construir historial crediticio.
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Por su parte, la tarjeta de crédito funciona como un préstamo otorgado por una entidad financiera, con un cupo asignado para compras o avances. Su uso responsable puede ayudar a establecer un historial crediticio sólido y brinda mayor protección en compras, además de permitir pagos a cuotas.
Sin embargo, su mal manejo puede generar intereses, sobrecostos y afectar negativamente el historial del usuario si se incumplen los pagos.




Se recomienda usar la tarjeta de débito para gastos cotidianos, como alimentos y transporte, y reservar la de crédito para compras grandes o en línea.
La elección correcta depende de los hábitos financieros de cada persona y del objetivo que se persiga, ya sea controlar el gasto o fortalecer su historial crediticio.
Cómo funcionan tarjetas de crédito en Colombia
Una tarjeta de crédito es un instrumento financiero emitido por un banco o entidad financiera que permite al usuario realizar compras o disponer de dinero en efectivo, con la particularidad de que no se usa el dinero propio de inmediato, sino que se accede a un cupo de crédito previamente aprobado. En términos sencillos, la tarjeta de crédito funciona como un préstamo a corto plazo que el banco otorga a su cliente para que este pueda comprar bienes o servicios sin necesidad de tener el dinero disponible al momento de la compra. El banco establece un límite de crédito —conocido como “cupo”— que es el monto máximo que el usuario puede utilizar con su tarjeta. Este cupo puede variar dependiendo del historial crediticio, los ingresos del titular y la política interna de la entidad financiera.
Cuando se realiza una compra con la tarjeta, el valor de esa transacción se descuenta del cupo disponible, y el usuario queda con la obligación de devolver ese dinero al banco. Los pagos pueden hacerse en su totalidad a una fecha de corte establecida mensualmente, lo cual evita el cobro de intereses.
Sin embargo, también se ofrece la opción de pagar en cuotas mensuales, lo cual genera intereses si no se cancela el total del saldo pendiente. Estos intereses pueden variar dependiendo del tipo de producto, el número de cuotas y la tasa establecida por la entidad financiera. Por eso, es fundamental tener claridad sobre los plazos y condiciones antes de decidir pagar a plazos.
Además de las compras, las tarjetas de crédito permiten realizar avances en efectivo, es decir, retirar dinero desde cajeros automáticos o desde el banco, utilizando el cupo de la tarjeta. Esta operación suele tener costos adicionales y tasas de interés más altas que una compra regular, por lo que debe usarse con precaución.
Por qué es bueno tener historial crediticio en bancos
Uno de los beneficios más importantes de las tarjetas de crédito es que, si se utilizan correctamente, contribuyen a construir un historial crediticio positivo. Esto puede facilitar la aprobación de otros productos financieros en el futuro, como préstamos o créditos hipotecarios.
También ofrecen protecciones adicionales al consumidor, como seguros contra fraudes o garantías extendidas en compras. Sin embargo, su mal uso —como excederse del cupo, pagar tarde o hacer solo abonos mínimos— puede resultar en deudas difíciles de manejar y reportes negativos en las centrales de riesgo. Por ello, es esencial usar la tarjeta con responsabilidad y mantener un control estricto de los gastos.
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