El caso de una mujer en Ibagué que se suicidó con su hijo por cuenta de las deudas que tenía con este tipo de prestamistas (ilegales) tiene en alerta a esa ciudad y a otras del país en las que cada vez es más común esta práctica.

El dato más alarmante tiene que ver con que las tasas de interés que cobran estos personajes están hasta 15 veces arriba de la tasa de usura que fija la Superintendencia Financiera cada mes, según el diario La República.

En números, la tasa anual efectiva del ‘gota a gota’ está por encima de 300 % (es decir, cobran un 25 % mensual), mientras que las tasas máximas de crédito en una entidad formal están en promedio en 31,73 % efectiva anual.

Mujer Ibagué

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Cifras de la Superfinanciera y del Banco de la República, citadas por ese mismo medio económico, dan cuenta de que los créditos informales (como el del ‘gota a gota’) son usados en mayor medida para: compra de ropa (38 %), pagar deudas (36 %), compra de activos (27 %), negocio (17 %), mejoras de vivienda (12 %), educación (10 %), vivienda (5 %) y carro (3 %).

Pero, ¿cómo se pagan los ‘gota a gota’? La República afirma que el método de pago, en la mayoría de casos, es diario y si los ‘clientes’ no pagan a tiempo, los prestamistas acuden a métodos que pueden ser hasta violentos.

Para muchos este negocio es considerado una mafia. Es tal el auge del mismo, que ya salió de Colombia y cobra fuerza en países como México, Perú y Honduras.

Hace varios meses, por ejemplo, la revista Semana publicó un informe en el que afirma que los colombianos aprovechan las facilidades para llegar al país ‘manito’ y están delinquiendo de microcréditos a comerciantes, sin ningún tipo de documentación y con rápida aprobación.