
Los incrementos desde el próximo mes son inevitables y por eso es clave mentalizarse con el hecho de que muchas cosas suben de valor desde el comienzo de 2025.
Uno de los gastos más importantes para los colombianos corresponde al arrendamiento. Recientes estudios muestran que casi la mitad del país alquila como método de vivienda principal.
(Vea también: Aumento de 3,8 %: sorpresa que se pueden llevar trabajadores con salario mínimo de 2025).
La buena noticia para los colombianos que viven en arriendo es que la proyección de aumentos para enero se ve bastante baja. Cabe recordar que el aumento de esos valores se hace con base en la inflación acumulada (IPC).
Así las cosas, aquellos que viven en arriendo verían un ligero aumento de entre 5 y 5,5 % para el año venidero. Esto, si se mantiene la tendencia vista en noviembre y que también parece ser la de diciembre.




Por ejemplo, una persona que ahora paga 1’500.000 pesos de arriendo quedaría pagando entre 1’575.000 y 1’582.500 pesos, teniendo en cuenta los porcentajes mencionados anteriormente.
La potencial baja inflación también representa una buena noticia en el sentido de que no tendría que darse un gran aumento en los precios de alimentos de la canasta básica, servicios públicos u otros elementos claves del día a día.
Por qué es bueno que la inflación baje en Colombia
Que la inflación baje en Colombia es beneficioso porque mejora el poder adquisitivo de las personas y contribuye al bienestar general de la economía. Cuando la inflación está controlada, los precios de bienes y servicios crecen más lentamente, lo que significa que el dinero de los ciudadanos rinde más.
Esto es especialmente importante para las familias de ingresos bajos y medios, quienes suelen destinar la mayor parte de sus recursos a necesidades básicas como alimentos, vivienda y transporte. Una inflación más baja les permite acceder a más bienes y servicios con el mismo ingreso.
Cómo las empresas se benefician de una baja inflación
La disminución de la inflación también fomenta la estabilidad económica. Cuando los precios son predecibles, las empresas pueden planificar sus inversiones y operaciones con mayor confianza. Esto estimula la creación de empleo y la producción, fortaleciendo el crecimiento económico.
Además, una inflación baja reduce las tasas de interés, lo que facilita el acceso a créditos para las personas y las empresas. Esto incentiva el consumo y la inversión, dinamizando aún más la economía.
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