
En algún momento de la vida, las personas enfrentan el dilema de optar entre arrendar o comprar una propiedad. Esta decisión, clave para las finanzas personales, depende de múltiples factores como la capacidad económica, los objetivos a largo plazo y las oportunidades disponibles. Sin embargo, existe una herramienta que puede simplificar esta elección: la relación precio-alquiler.
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¿Qué es la relación precio-alquiler?
De acuerdo con el portal especializado en inversiones Investopedia, la relación precio-alquiler es un indicador que compara el precio de una vivienda con el costo anual de arrendar una propiedad similar. Esta fórmula permite estimar si, desde el punto de vista financiero, es más conveniente comprar o alquilar.

Para calcularla, simplemente se divide el precio medio de compra de la vivienda entre el costo medio del alquiler anual. El resultado ofrece una guía práctica para evaluar cuál opción es más rentable.
La relación precio-alquiler se clasifica en tres rangos principales, según su valor:
- Relación inferior a 15: comprar es más barato y asequible que alquilar.
- Relación entre 16 y 20: arrendar podría ser una opción más económica que comprar, aunque depende de sus objetivos.
- Relación superior a 21: en este caso, alquilar es más barato que comprar.
En este enlace puede poner el precio de una vivienda, el costo de un arriendo y calcular si es mejor negocio arrendarla o comprarla.




Precios de vivienda en Bogotá subirían en 2025
Camacol advirtió que el principal desafío del sector inmobiliario es el lanzamiento de nuevos proyectos, cuya viabilidad se ve limitada por un marco normativo poco favorable: el Plan de Ordenamiento Territorial, implementado en diciembre de 2021.
Esta norma introdujo cambios en las dinámicas de licenciamiento. Antes de su entrada en vigor, Bogotá aprobaba entre 30.000 y 32.000 licencias de vivienda anuales. Posteriormente, en un esfuerzo por anticiparse al cambio, se alcanzaron cifras récord de hasta 58.000 licencias aprobadas, lo que creó un “colchón” temporal de oferta.
Sin embargo, esta tendencia positiva no se sostuvo. En el último año, solo se aprobaron 14.244 unidades, una caída alarmante frente a las necesidades de la ciudad, que demandan 70.000 unidades anuales.
La disminución en los niveles de licenciamiento tiene implicaciones críticas para Bogotá. Con una oferta limitada de vivienda, los precios seguirán al alza, dificultando el acceso a apartamentos y casas, especialmente para los sectores más vulnerables.
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