Según los documentos, en la final de la Liga de Campeones de 2017, cuando se enfrentaron Real Madrid y Juventus, le detectaron a Sergio Ramos trazas de una sustancia denominada Dexametasona.

Este potente corticoide no es ilegal, pero debe informarse de su uso, algo que no se había hecho.

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En este caso, el equipo médico del Real Madrid asumió la “responsabilidad” y explicó que el jugador había recibido en el día previo al partido 2 inyecciones de esta sustancia en una rodilla y en un hombro. Al respecto, la Uefa consideró válida la respuesta de los médicos.

Entre tanto, en otro caso, Ramos se duchó antes de que se le realizara un control tras el partido entre el Real Madrid y el Málaga, el 15 de abril de 2018, infringiendo así la ley española que considera que un baño puede entenderse como una “traba” a la prueba.

La Agencia Española Antidopaje (AEPSAD) se lo notificó al equipo 5 meses después del incidente, lo que causó cierto revuelo en los despachos del club blanco, pero la agencia reconoció a ‘Der Spiegel’ que “el proceso no ha aportado ningún indicio de que se violase ninguna ley antidopaje”.