Se trata de Sebastián Molano, Cristian Muñoz y Camilo Ardila, quienes no tomaron la salida de la segunda etapa de la Vuelta a Burgos debido a que el pasado sábado estuvieron en contacto con una persona contagiada con COVID-19 y permanecen confinados en un hotel de Burgos.

Fuentes de la organización afirmaron, en declaraciones a Efe, que los tres corredores dieron negativo en el primer test al que fueron sometidos pero “por precaución” han decidido que ninguno saliera del hotel.

El colombiano Fernando Gaviria, del mismo equipo, seguirá en competencia y este martes tiene buenas opciones de ganar la etapa ya que posiblemente se definirá con un embalaje. El paisa ya tuvo coronavirus en marzo, luego de contagiarse en el Tour de los Emiratos Árabes.

Los tres corredores permanecen aislados en la concentración del equipo y se les hará una nueva prueba para conocer el resultado definitivo, aunque “en caso de que sea negativo, no volverán a la carrera”, han indicado fuentes de la organización.

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Desde el conjunto de Emiratos Árabes Unidos afirmaron que los tres corredores dieron negativo en la prueba que se realizaron en los días previos a la prueba, pero siguiendo el protocolo del propio equipo y de la Unión Ciclistas Internacional se ha tomado la decisión de no participar en la carrera.

Estos tres corredores se unen a Itamar Einhorn y Alex Dowsett del Israel Startup Nation que también fueron apartados de la carrera este martes por un positivo en un compañero de equipo.