La situación, que pasó desapercibida para muchos, tuvo que ver con la parte comercial, más exactamente con su patrocinador y empleador, la empresa británica de químicos Ineos.
Al momento de subir al podio, Egan Bernal lucía la gorra del Ineos, empresa que dedica decenas de millones de dólares al equipo, y el error consistió en que se puso las gafas de la marca Oakley sobre dicha prenda, lo que ocultó por completo el nombre de su patrocinador principal.
“Oakley le pagará unos 10.000 dólares, pero el Ineos le da millones de dólares, así que las gafas van en el bolsillo”, hizo notar el exciclista y ahora comentarista de ciclismo Lance Armstrong en su podcast The Move, quien remató: “Bien por Oakley”.
Armstrong dice que ese descuido se debe a la juventud de Bernal y a su relativa inexperiencia con algunos protocolos publicitarios, y que probablemente alguno de sus jefes le hará caer en cuenta para futuras ocasiones.
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