“De ahora en adelante ya no me bajo del bus, tendré que verlo chiquito antes de reclamar”, dijo el ‘Bolillo’ Gómez. El domingo 1 de agosto empezaba la Eliminatoria y la Selección Colombia recibía a Paraguay en Barranquilla. Durante algún momento se puso en duda que la capital del Atlántico se ratificara como sede de la ‘tricolor’, pero no hubo cambios. El lunes 26 de julio arribó el equipo y cientos de hinchas los recibieron.

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A diferencia de lo que ocurrió 4 años antes esta vez pusieron un cerco alrededor el Hoten Dann y no era tan fácil ingresar. Cada día tres jugadores atendían a los medios de comunicación en una rueda de prensa dentro del hotel y por la tarde entrenaban en el Metropolitano. El miércoles Colombia tenía programado un partido a puerta cerrada contra el Deportivo Barranquilla.

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Francisco Maturana y ‘Bolillo’ Gómez recibían críticas desde varios sectores por la llamada “rosca paisa”. Algunos consideraban que los entrenadores preferían a los jugadores antioqueños que habían dirigido en Atlético Nacional sobre los vallecaucanos o costeños. Además, desde los medios de comunicación se vivió un regionalismo entre periodistas en la década del 80 que aumentó la polémica.

Ese miércoles el ‘Bolillo’ salió del hotel y se subió al bus. Mientras esperaba a los demás un aficionado comenzó a gritarle “rosquero” y le exigía la titularidad de Iván René Valenciano. El antioqueño se bajó de bus para encarar al hombre, en un descuido el ‘Bolillo’ recibió un puñetazo de parte de uno de los acompañantes del hincha que lo insultaba.

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“No me acuerdo mucho de los hechos. Fui a reclamar y no sé qué pasó, ni cómo era, o si me pegó alguien diferente a quien le reclamé. Solo sé que me pusieron la mano”, dijo al otro día. Las opiniones estuvieron divididas entre quienes justificaron la actitud del entrenador porque nadie tiene derecho a insultar, mientras que otros reprocharon su actitud al no poder mantener la calma.

La cosa no quedó ahí y el ‘Bolillo’ señaló como culpables e instigadores a los periodistas Édgar Perea e Iván Mejía por ser enemigos de la Selección Colombia. El agresor y el que insultó nunca pudieron ser identificados y la policía se limitó a pedirle calma a los aficionados.