El jugador de 17 años de edad estaba tan enfurecido por el cambio, que al salir del partido ni siquiera le dio la mano a su director técnico, Luc Holtz, cuando él se la extendió.

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Luego, ante la mirada atónita de los presentes, agarró a patadas los bolsos de los futbolistas auxiliares. Por esa reacción, el público empezó a abuchear a Thill, quien se sentó en su banco luego de golpear una botella con su pie.

El hecho ocurrió hace pocos días durante el partido contra Holanda, en el que este equipo se llevó la victoria con un 5-0.