Con el masivo acompañamiento de los hinchas del Deportes Tolima, al igual que de grandes personalidades del fútbol colombiano y la política nacional, se llevaron a cabo en la capilla del Gimnasio Moderno de Bogotá las exequias de quien fue durante 43 años máximo accionista del ‘Vinotinto y Oro’: Gabriel Camargo Salamanca, hombre que hizo grande al club en el FPC.

César Camargo Serrano, presidente de la institución, fue el encargo de presidir la emotiva ceremonia, que superó las expectativas de la familia del dirigente y reflejó del gran cariño que le profesaban no solo los seguidores del conjunto ibaguereño, sino del resto del país, pues también dejó huella en el plano político y empresarial, con su conglomerado: la firma Incubacol.

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“Construyó empresa y dejó un legado, que aún sus más grandes detractores lo reconocen. Blanco o negro, pero nunca gris. Un hombre transparente, que dijo lo que pensaba siempre. Amigo de sus amigos, como el que más. Escondía un carácter fuerte y justo. Fue Un hombre con principios, cuya palabra está por encima de su firma, dijo su hijo, César, en medio de las lágrimas.

“Un hombre que hizo llorar a una parcial con sus triunfos y su partida. Su vida fue una vida de lucha y tenacidad, de pasión y entrega. Lo que propuso lo consiguió, a la vieja usanza. Tuya fue la tierra y todo lo que quisiste con ella. Fuiste un hombre, a carta cabal”, destacó Camargo Serrano, quien no ocultó su tristeza por la partida del que fue, más que su padre, su mentor y ejemplo.

Al lado del joven empresario estuvo su madre y quien fue la esposa de Camargo Salamanca, Leonor Serrano de Camargo, exgobernadora de Cundinamarca y exsenadora; al igual que el nieto del fallecido directivo: Alejandro Camargo, quien se ha convertido en el alma de la familia y la razón principal por la que Gabriel luchó hasta el último de sus días en hacer grande al equipo tolimense.

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Pero quizá el momento más conmovedor de la jornada en la capital de la República, se dio cuando el mandatario del club tolimense se quebró e hizo un claro llamado a toda su gente. “Yo sigo el legado, pero no me vayan a dejar solo”, ante el sonoro aplauso de quienes le reconocieron su esfuerzo de sacar adelante un año convulsionado, en todos los frentes, no solo desde el ámbito deportivo.

Al compás de las notas del Bunde Tolimense, y en las manos del capitán del equipo, Julián Alveiro Quiñones, las cenizas del veterano dirigente salieron en medio de un pasillo de honor de la capilla, rumbo a lo que será su morada antes de ser repartidas -como era su deseo- en tres lugares: uno de ellos, el estadio Manuel Murillo Toro, en donde estarán este sábado (5:00 p.m.) en un masivo encuentro.

“Es lo mejor que podemos hacer: es agradecerle a don Gabriel y que nos acompañen”, expresó Quiñones, quien en medio del llanto hizo un llamado a los hinchas del equipo en Ibagué y el departamento a despedir por lo grande a uno de los dirigentes más importantes del balompié nacional. Y que en más de 70 años del torneo rentado y artífice de las páginas más gloriosas de la institución.

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Camargo Salamanca, quien vivió por más de ocho décadas, se consolidó con todos los honores como uno de los empresarios más exitosos de Colombia. Y dejó un equipo sólido desde el punto de vista económico y deportivo, con cinco títulos, entre ellos tres ligas, una Superliga y una Copa Colombia, además de siete subcampeonatos y nueve clasificaciones a Copa Libertadores y Sudamericana.

Así se vivió el emotivo momento del último adiós a Gabriel Camargo Salamanca: