“La felicidad perfecta como telehinchas la alcanzaremos, sin embargo, cuando los locutores nacionales dejen de narrarnos los partidos de fútbol por televisión como lo hacían por la radio”, dice Fiorillo en El Tiempo.

La opinión de Fiorillo tiene sustento en el hecho de que los locutores de las transmisiones, casi siempre, viene de la radio, donde con palabras describen lo que el oyente no puede ver. Cuando hacen lo mismo en televisión, su relato es redundante con lo que el televidente está viendo. Lo único que los salva es la emoción que le introducen.

Lo peor del caso es que Fiorillo identifica un problema complementario: son los televidentes los que extrañan a esos narradores.

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“El adefesio narrativo nació cuando, acostumbrados a las transmisiones radiales, los fanáticos que empezaban a ver a su equipo en la pantalla chica comenzaron a echar también de menos la apremiante emoción de sus locutores preferidos”, dice El Tiempo, agregando que la solución dada fue bajarle el volumen al televisor y subirle al radio, “un híbrido no patentado pero asumido como propio por ciertos telenarradores”.

¿Podría ser esta la explicación del gran éxito de locutores que pasaron de la radio a la TV, como Javier Fernández, ‘El Cantante del Gol’;  Édgar Perea (QEPD); William Vinasco CH., y Jorge Eliécer Torres, cuya narración apasionada los llevó a ser exitosos tanto en el televisor como en el radio transistor?

El siguiente video retoma la narración del histórico 0-5 de Colombia sobre Argentina, en plenas eliminatorias al Mundial USA 1994:

¿Y usted, qué prefiere?