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La tradicional imagen de niños y familias elevando cometas en las colinas de Medellín, una escena común en el mes de agosto, ha evolucionado hacia una disciplina deportiva de talla internacional. El giro de este pasatiempo hacia el profesionalismo cobra relevancia en el contexto actual, donde la delegación colombiana, compuesta por siete pilotos, se prepara para representar al país en el Mundial de Cometas acrobáticas, que se celebrará en Berck-sur-Mer, Francia, del 18 al 26 de abril de 2026. Esta participación incluye la presencia de destacados cometeros como Diego Aguirre y Alejandro Flórez de Medellín, quienes han alcanzado una posición de liderazgo nacional en la modalidad de vuelo acrobático, una variante que demanda tanto fuerza y coordinación como una sensibilidad especial para interpretar los caprichos del viento, según la cobertura de El Colombiano.
El vuelo de cometas en Colombia, originalmente impulsado por actividades escolares y experiencias familiares, se ha institucionalizado a través de la Colombian KiteFliers Association (CKFA), agrupando a 90 deportistas dedicados en el país. Los materiales empleados han pasado de ser rudimentarios, como papel globo y varitas de caña brava, a insumos de mayor calidad y precisión, reflejando una transición hacia lo profesional. En la actualidad, los competidores demuestran creatividad y altos niveles de destreza, controlando las cometas mediante sistemas de dos o cuatro líneas, con cuerdas de hasta 50 metros de largo. Esta evolución quedó de manifiesto en la reciente participación colombiana en el pasado Mundial celebrado también en Francia, donde el equipo nacional consiguió el tercer lugar en la modalidad de dos líneas, detrás del conjunto local.
Alejandro Flórez, actual campeón nacional junto a Diego Aguirre en la especialidad de cuatro líneas, subraya el valor emocional de revivir una tradición de infancia desde una perspectiva profesionalizada. A pesar de las condiciones poco favorables del viento en Medellín, definidas por Flórez como "irregulares y caprichosas" en comparación con otras ciudades, los atletas han logrado perfeccionar su técnica hasta competir de igual a igual con exponentes de alto nivel internacional de naciones como Francia, España, China y Alemania.
La organización del próximo Mundial brinda a los cometeros colombianos apoyo logístico en materia de alimentación, hospedaje y traslado, aunque los deportistas continúan buscando recursos adicionales para adquirir mejor indumentaria y optimizar sus equipos. El certamen en Francia, uno de los más importantes del mundo, reunirá en su cuadragésima edición a cerca de 700 mil asistentes y representantes de 20 países, constituyendo una vitrina única para exhibir el avance del deporte nacional.
La preparación no se detiene: cada sábado, Aguirre y Flórez entrenan en Santa Elena, enfocados en llegar a la cita internacional en óptimas condiciones. Su objetivo es claro: ondear nuevamente la bandera colombiana entre los mejores y quizás regresar a casa con un nuevo reconocimiento, consolidando así el lugar de Colombia en el circuito global de la cometa acrobática.
¿Qué implica la modalidad de cometas de dos y cuatro líneas en el vuelo acrobático?
La clasificación de las cometas según su número de líneas es un aspecto técnico fundamental de la disciplina. Las cometas de dos líneas, con forma triangular, permiten maniobras ágiles de ida y vuelta, mientras que las de cuatro líneas, conocidas por su silueta similar a un corbatín, ofrecen mayor control al realizar giros y desplazamientos precisos. Los pilotos deben manipular líneas de hasta 50 metros, exigiendo sincronía y destreza. Entender estas diferencias resulta clave para apreciar el nivel de dificultad y la evolución técnica del deporte, especialmente en competencias internacionales donde cada detalle puede definir el podio.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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