Un fanático vestido de tiranosaurio rex  invadió la pista y por poco no deja pasar al corredor que luchaba por encabezar la carrera y así poder conseguir su primer triunfo en esta edición del Giro de Italia.

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Intentando no perder el control, Froome, con sutileza, estiró su brazo y corrió al dinosaurio. Además, con su dedo le hizo una señal de ‘no’ para evitar que lo perjudicara.

Finalmente, Froome no solo logró vencer al dinosaurio, sino que hizo lo propio con los demás ciclistas ya que fue el ganador de la etapa 14, dejando en el olvido las etapas en las que no fue tan protagonista.