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El clima en Düsseldorf complicó el desarrollo de la contrarreloj individual de 14 kilómetros dentro de la ciudad. El piso mojado, y la constante lluvia generó dificultades a varios corredores, incluso, generando algunas caídas.

Por eso, Froome, último campeón de la ronda gala, se subió al carro del Sky para reconocer el estado de la ruta mientras que su compañero Kwiatkowski marcaba su registro.