Juan David Pérez García tiene 29 años, es estudiante de Filosofía y de la licenciatura en Español y Literatura de la Universidad del Quindío. Nació en La Tebaida y creció en Caquetá.

Allí cursó sus estudios de bachillerato y cuando cumplió 18 años ingresó a la Policía Nacional como patrullero. Posteriormente, pasó a la especialidad del servicio de inteligencia.

Se desempeñó en diversos escenarios relacionados con el ámbito estratégico y operacional: área de contrainteligencia y análisis.

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“Yo me acerqué desde muy joven a la literatura y eso causó que en mí se empezaran a despertar posturas muy críticas frente a lo que yo realizaba en la institución, por esto decidí terminar ese vínculo profesional y dedicarme a escribir”, explicó García, quien hizo parte de la Fuerza Pública durante 5 años.

Regresó a Armenia con 23 años y como ya había escrito algunos cuentos, inició un trabajo de corrección de esos textos e ingresó a la Universidad del Quindío. Su primera novela fue’ Alizée, un castigo llamado belleza’, la cual se publicó en el 2017 con la editorial Planeta. 

“Es una novela erótica inspirada en una francesa que conocí. También, descubrí una historia de una pareja que me pareció muy interesante entonces las tomé para construir una ficción. La idea de esta obra era explorar y cuestionar el concepto de belleza como algo positivo que se persigue. Esa belleza física causa una serie de situaciones abyectas en una sociedad que se caracteriza por ser machista”.

Su segunda novela, ‘Detrás del poder’, fue también publicada con la editorial Planeta en el 2021. Pérez García ha participado en diversos escenarios como la Feria Internacional del Libro de Bogotá y la Feria Internacional del Libro de Pereira.

¿Cómo fue su primera experiencia en el mundo editorial?

La literatura requiere de una serie de elementos, el más importante es tener la capacidad de redactar. Esa habilidad la había desarrollado en la dirección de inteligencia porque un analista tiene que escribir, no es el mismo registro de la ficción, pero me sirvió bastante.

Para el escritor la disciplina es lo más difícil porque la literatura implica mucho trabajo.

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 Con la primera novela me tardé alrededor de año y medio. Yo sabía que la primera novela no iba a tener el impacto que yo esperaba, sin embargo, como ya tenía en mente la segunda novela, quería tener una experiencia previa, aunque fue muy empírica porque ni siquiera había ingresado a la universidad. Terminado el primer manuscrito, lo envié a Planeta y posterior a la aprobación, pasó a proceso de edición. 

Entonces llegó ‘Detrás del poder’, su segunda novela. ¿Qué pretendía revelar del poder? 

Esta novela se relaciona con el escándalo que produjo la Comunidad del Anillo, la red de prostitución que hubo al interior de la fuerza pública. Lo que hago es recrear algunos elementos de ese proceso tomando como fuente aspectos autobiográficos, información de inteligencia y elementos de ficción.

Reconstruyo la historia de un recolector de información que se infiltra en la escuela de oficiales General Santander en la búsqueda de desarticular una estructura dedicada al tráfico de estupefacientes dentro de la escuela. Este recolector, descubre que tras esa red se esconde algo más delicado: una red de prostitución que involucra a importantes miembros de la institución y políticos del país.

Como escritor me propuse crear una línea muy delgada entre la realidad y la ficción. El lector puede encontrar ciertos elementos de personajes y sucesos que salieron a la luz pública. Este es un tema que no se ha explorado mucho en la literatura. Lo más importante es que estas obras permiten asomarse a la institución pública, vemos cómo se genera la corrupción y la degradación ética que el contexto causa en el personaje principal.

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¿Considera que el escritor tiene responsabilidad con la realidad?

Antes que escritor soy ciudadano y los ciudadanos tenemos derecho a cuestionar las instituciones públicas. Como escritor tengo principios filosóficos inspirados en el concepto del escritor comprometido, el escritor no puede ser ajeno a la realidad. Como vivo en Colombia esto es necesario.